En el Aljarafe sevillano, en el pueblo de Aznalcázar, una pequeña portada de la iglesia parroquial de San Pablo, nos llama la atención cuando nos solicitan el montaje de andamios para su restauración. En el lateral del templo en la nave de la Epístola se sitúa la puerta de la Epístola, más conocida como la del porche del año 1500.
Presenta una bella decoración de lacería entre el arco y el alfiz que la enmarca, con hiladas alternativas de ladrillos amarillos y rojizos, tres arquivoltas apuntadas flanqueadas por baquetones y decoración de lacerías en las enjutas, su remate presenta un alero sobre ménsulas cuya terminación es un falso antepecho con balaustres en bajo relieve.
Para la restauración de esta portada optamos por el sistema de marcos Scafom Rux M-100, con una anchura de 1.00m que facilita adaptarnos a los salientes y entrantes que esta presenta. Será necesario envolver todo el frente y los laterales para hacer posible el acceso a los puntos a intervenir, en los extremos unos planos inclinados que parte de la cota ¨0¨ y que se elevan 1m hasta alcanzar la fachada de la iglesia, dificultan el apoyo en esta zona.
Complementos del sistema como los montantes y las ménsulas facilitan el montaje creando una estructura simple, segura y sencilla que permiten acceder a todos los puntos de esta intervención.
El acceso a la iglesia se diseña para ser rápidamente liberado de elementos de andamios permitiendo la entrada y salida por esta puerta en toda su apertura.
En el siglo XIII, tras la conquista cristiana por parte del rey castellano Alfonso III, la población resultante quedó formada principalmente por dos grandes grupos: el de los nuevos pobladores venidos del centro y norte de España, y el de la población musulmana existente que se convertiría al cristianismo y permanecería viviendo en el lugar (los mudéjares).
La coexistencia de ambos grupos daría lugar al mestizaje de sus culturas, fenómeno al que no escaparía la construcción, que pronto tomó a partir de entonces elementos de una y de otra para dar lugar a un estilo nuevo.
Este proceso, se prolongaría hasta el XV, combina la tradición islámica local con la cultura castellana donde estaba vigente el gótico. Cada una con sus características propias aportaría una parte al conjunto de las nuevas construcciones, dando lugar al arte gótico-mudéjar.
La Iglesia de San Pablo es una de las joyas de la arquitectura de este estilo, un edificio que consta de tres naves separadas por arquerías sobre pilares cruciformes y con cubierta con armadura de madera.
En su exterior, la cabecera de la iglesia está decorada con mosaicos del siglo XVI que alternan azulejos del XV.
Las fachadas son de época posterior (s. XVI), la principal está decorada con almenas casi renacentistas, la de la epístola tiene una excelente labor de lacería mudéjar entre el arco y el alfiz que la enmarcan.
Otros aspectos a destacar, además de los tres bellos óculos (actualmente cegados), son las portadas. La principal se le conoce popularmente como la de Los Novios. La otra es la de la Epístola, conocida como la del Porche, datadas hacia el 1500.
También merece mención especial la torre, cuya característica más llamativa es estar exenta del cuerpo de la iglesia. Esta singularidad ha hecho que se sostengan varias hipótesis sobre su origen y que aun actualmente no se tenga certeza de su procedencia, pero parece ser evidente que es anterior a la construcción de la iglesia. Esta torre parece que fue el alminar de una antigua mezquita, y el cuerpo de campanas, decorado con azulejos, pertenece al último tercio del siglo XVIII.
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