Al aproximarnos a la capilla de San Hermenegildo, vislumbramos entre las rejas un fabuloso sepulcro tallado en alabastro por el escultor flamenco Lorenzo de Mercadante de Bretaña.
Quizás sea el más bello de esta catedral, en él se representa yacente al Cardenal Cervantes. La naturalidad en la expresión de su rostro, la suavidad de sus relieves y los motivos decorativos que lo acompañan hacen de este sepulcro una obra de arte de difícil parangón.
Al frente de esta sepultura se encuentra un retablo barroco de magnifica hechura. Realizado en 1752, en honor de San Hermenegildo, que presenta una hornacina central a media altura con la escultura del santo, realizada por Bartolomé García de Santiago, este retablo será ensamblado por su hijo Manuel García de Santiago.
Al pie del retablo y a cada lado del altar, encontramos dos tallas que representan a Santiago el Mayor y a Santiago el Menor. Son de autores anónimos, aunque Santiago el Menor está atribuida a Pedro Millán y sería realizada a principios del siglo XVI.
Se cree que dicha escultura, proviene del derrumbe del cimborrio que se produjo en 1511. El primitivo cimborrio alcanzaba la altura del cuerpo de campanas de la Giralda, estaba ricamente decorado en su interior por un extenso grupo escultórico realizado por Pedro Millán y su fondo recubierto de azulejos blancos y verde elaborados por Niculoso Pisano.
Para el montaje del andamio que va a facilitar la restauración del retablo, volvemos a optar por el sistema de marcos Super 100 de nuestro proveedor Scafom-Rux. El conjunto de accesorios de este sistema nos facilita adaptarnos a los múltiples salientes y entrantes que presenta, y el sistema de amarres especiales que utilizamos, nos va a permitir fijar el andamio a los laterales, en las yagas entre sillares.
Normalmente los andamistas o andamieros, para este tipo de trabajo prefieren el andamio multidireccional, por su versatilidad y capacidad de adaptación. Pero este sistema es tedioso, pesado, y si buscas adaptarte al retablo, tienes que crear huecos pequeños que multiplican la cantidad de piezas utilizadas.
Además, el montaje se realiza uniendo los diferentes elementos que lo componen, con el martillo. Lo que provoca un continuo golpeteo que, si bien en un espacio abierto o en un ambiente industrial no es problema, cuando lo haces en el interior de un templo, con una gran afluencia de visitas turística, provoca un continuo malestar.
Utilizamos nuestro sistema de marcos, por los accesorios que nos facilitan el montaje, y a la vez porque para su montaje no es necesario el uso de herramientas, de forma que dicho montaje se realiza de forma silenciosa.
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