Cuando nuestro departamento de difusión escoge un trabajo para publicar en el boletín mensual, no repara en el volumen de la obra a ejecutar, ni en las toneladas de material suministrado para una parada industrial, si bien son estos tipos de obras las que ocupan la mayor parte de nuestros recursos materiales, preferimos divulgar trabajos que nos permitan mostrar lo que somos y hacemos, lo que nos hace diferentes a otros instaladores de andamios. El diseño y desarrollo ocupa un lugar preferente en nuestra empresa, que sin ser una de las grandes multinacionales del sector, sí apostamos por dar valor al trabajo realizado, a la terminación y el acabado de nuestros montajes que nos avalan en sectores tan sensibles como la rehabilitación y en especial la restauración de nuestro patrimonio.
En esta ocasión, un pequeño andamio envuelve un lienzo de la muralla islámica que protegía la ciudad de Sevilla. En este lugar se levantaba la puerta ¨Bad Er Goles¨ de la época islámica, posteriormente ¨Puerta de Goles¨ de la época cristiana, que sería construida en 1560 por Hernán Ruiz II y que cambiaría su nombre a ¨Puerta Real¨ en 1570 cuando el Rey Felipe II decide realizar su única visita a la ciudad a la que accede por esta entrada.
Lienzo de muralla que se conserva.
Azulejo que recrea la puerta en su ubicación.
Este acceso sería derribado en el periodo comprendido entre 1858 y 1871 en el que se pierden 13 puertas y un postigo, siendo la quinta que se destruye en el año 1864.
Para el montaje de esta estructura tendremos que tener en cuenta una serie de condicionantes:
- La acera en la calle Alfonso XII es relativamente estrecha (1.48m) y hay que garantizar el paso de los peatones. La base de paso de 1.50m invadiría la calzada con riesgo de colisión por la alta densidad de vehículos de todos los tamaños que circulan por esa vía de un solo sentido.
- Utilizaremos un solo pie en el extremo del lienzo del que parte el marco del andamio y una ménsula que sobresale y que se disponen en la fachada lateral, de esta manera solo ocupamos 0.20m de anchura de la acera.
- Tendremos que librar el balcón de la fachada del vecino. Con dos juegos de ménsulas de 0.50m en cuerpo de 3.00m que linda con la fachada se reduce a 2.50m y se vuelve a ampliar a 3.00m salvando dicho balcón.
- Será necesario proteger a los viandantes durante los trabajos a realizar. Se colocará una malla que cubra el perímetro del andamio y evite la caída accidental de herramientas o materiales durante la ejecución de los trabajos.
- Habrá que evitar el intrusismo en el edificio colindante. Se colocarán tubos horizontales a los que se fijarán chapas galvanizadas de 3.00m de altura que impidan la subida a través del andamio.
De esta manera hemos dado solución y respuesta a una serie de necesidades que nos marca nuestro cliente permitiendo desde esta estructura realizar una perfecta restauración del lienzo a intervenir.
Plano del montaje del andamio para la restauración de la Puerta Real del antiguo recinto amurallado de Sevilla
Fotos del montaje del andamio para la restauración de la Puerta Real del antiguo recinto amurallado de Sevilla
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LA PUERTA REAL O PUERTA GOLES DE SEVILLA.
Durante el gobierno del sultán almorávide Alí Ibn Yúsuf (1083-1143), será el periodo en el que se realice la máxima ampliación del recinto amurallado de Sevilla, duplicando las dimensiones del existente. Con un perímetro de 7400m, 166 torres, 13 puertas y 6 postigos, envolviendo una superficie de 300 hectáreas, convertirán a esta urbe en la ciudad amurallada más grande de Europa. Fue en esta época cuando se construye la puerta ¨Bad Er Goles¨, posteriormente conocida como Puerta Goles en época cristiana.
En 1147 los almohades toman la ciudad de Sevilla convirtiéndola en la capital del califato en la península ibérica, permanecerán en ella hasta 1232. Este será un periodo de gran desarrollo arquitectónico en la ciudad. La presión de los reinos cristianos llevará a reforzar el recinto amurallado construyéndose fosos y antemurallas en muchos tramos lo que la convertirán además en una de las mejores fortificadas.
Cuenta una leyenda que el 22 de diciembre de 1248 el Rey Fernando III entraba con sus tropas victoriosas por la llamada Puerta de Goles.
Esta puerta recibió originariamente el topónimo de Goles, unos dicen que por degeneración popular del nombre de Hércules y otro por ser aquella zona conocida por tal nombre por la proximidad de una alquería con tal nombre.
Según algunos documentos este acceso no sería más que una puerta con una torre asociada, otras versiones apuntan a que más bien sería una torre-puerta en recodo.
Durante el reinado de Carlos I, se llevó a cabo una importante remodelación de las puertas de acceso, tanto del punto de vista estético como de propaganda a la ciudad más importante del reino y puerto de las Américas. La puerta de Goles sería la tercera que se reformó tras la de la Macarena y la Puerta Jerez cambiando su imagen al gusto de la arquitectura renacentista imperante en aquel momento.
Cuando los reyes castellanos visitaban las ciudades, lo hacían jurando sus fueros en la puerta de entrada de estas. En Sevilla hasta el siglo XVI se utilizaría la puerta de la Macarena para este menester. Pero en 1570 cuando el rey Felipe II realiza su única visita a esta villa, la situación precaria de los arrabales y las calles estrechas que rodeaban dicha puerta, desaconsejan su uso para tan solemne evento, por lo que se decide su acceso por la recientemente renovada puerta de Goles, a partir de este momento pasará a llamarse Puerta Real.
En 1560 Hernán Ruiz II, maestro mayor del cabildo municipal y de la catedral de Sevilla, al que le debemos la construcción de los edificios más importantes del renacimiento sevillano, comenzará las obras para la construcción de una nueva puerta de acceso, eliminándose todos los elementos militares de esta.
De planta rectangular, constaba de dos cuerpos, formando una construcción alta y robusta de trazado elegante, donde el hueco o vano quedaba ordenado a partir de elementos de orden clásico. El cuerpo superior quedaba rematado por un frontón que se decoraba en cada frente con un tondo; el interior con las armas de la ciudad de Sevilla, y en el exterior con las del monarca reinante, Felipe II.
Todo el conjunto quedaba coronado con las clásicas bolas y pirámides talladas en piedra que caracterizan las obras manieristas de Hernán Ruiz II.
El arco era de medio punto con la clave decorada sobre la que había una placa a cada lado, fechadas en 1565, año de finalización de las obras.
La obra de cantería fue más importante en ésta que en las Puertas de la Macarena o de Jerez, probablemente pensando en la fuerza de los empujes del agua en las crecidas del río, realizada como era habitual en Sevilla, con piedras traídas de las localidades gaditanas de El Puerto de Santa María y Espera.
Dibujos de Richard Ford de la puerta Real por el exterior y por el interior 1830 – 1832.
Fotografías de la puerta por su interior.
Este acceso sería derribado en el periodo comprendido entre 1858 y 1871 en el que se pierden 13 puertas y un postigo, siendo la quinta que se destruye en el año 1864.
Pulsando este enlace accederás a un interesante artículo del Diario de Sevilla del 04/05/2008, sobre las puertas de Sevilla y el orden de derribo que estas padecieron.