Iniciamos un trabajo que se realizará en por fases, el trasaltar presenta tres lienzos, comenzaremos por el trasero orientado al este, y que se sitúa frente a la entrada de la Capilla Real. Los dos laterales orientados al sur y norte se intervendrán posteriormente.
En esta intervención nos encontramos con un lienzo de 12.20m de ancho por 22.20m de altura, en los laterales se disponen sendos pilares cuyas basas se amplían dejando un espacio entre ambas de 11.80m. En este lienzo se disponen dos grupos escultóricos situados en las cotas +9.65 y +14.55.
En el primer grupo escultórico se sitúa centrada la Virgen del Reposo, a sus laterales figuras de personajes bíblicos, el segundo grupo escultórico está compuesto por 17 esculturas, las de los extremos se disponen semiocultas por los pilares.
Montaremos el andamio cubriendo un ancho máximo de 12.00m, en su base mediante ménsulas nos retranqueamos lateralmente para librar las basas de los pilares. Tendremos que dejar libre el acceso a la cripta de los Marqueses de Yanduri, con el andamio nos aproximamos lo máximo posible a las esculturas, a las peanas que las soportan y a los doseletes que las recubren, librando su volumen (que sobresale al exterior 0,60m). En los tramos superior e inferior al no haber esculturas, utilizamos ménsulas de acercamiento a los paramentos.
Por último, cubrir toda la superficie de la estructura con mayas que eviten la caída de fragmentos de la intervención a un espacio muy transitado por seglares y turistas.
Este es un espacio oscuro con una serie de esculturas cubiertas por el polvo y la suciedad que, una vez terminada la intervención, será uno más de los elementos destacados de esta catedral.
Lo componen tres paramentos que cierran la capilla mayor de la catedral. Estos lienzos fueron decorados con un amplio programa iconográfico que comenzará en la segunda década del siglo XVI y que se prolongará por más cincuenta años.
Presentan a doble altura, una serie de nichos con peanas y doseletes góticos, que fueron realizados siguiendo los modelos del arquitecto Gil de Hontañón y que albergan a una serie de figuras de personajes bíblicos. De su programa iconográfico poco se sabe, apenas que este se establece en 1518.
Las esculturas están hechas de terracota y será Miguel Perrín el primer escultor que comienza a crear este conjunto monumental a partir de 1524. realizando un conjunto de 26 esculturas y la Virgen del Reposo que preside el conjunto.
Diversas vicisitudes frenaron pronto el avance del proyecto, habrá que esperar hasta la década de los sesenta para dar continuidad a estos trabajos. El encargo recaerá en manos del veneciano Juan Marín, cuya presencia en Sevilla se documenta por primera vez en 1561. A este escultor se le atribuyen 33 esculturas realizadas igualmente en terracota.
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