La ciudad de Niebla asentada en la provincia de Huelva, es un enclave arqueológico con más de tres mil años de historia. Durante ese periodo se han establecido diferentes pueblos y culturas. En ella han dejado huella y han ido nombrando a este emplazamiento los tartesios que la llamaron Llípula, los romanos Llipla, los visigodos Elepla, los musulmanes Lebla y los cristianos Niebla.
Entre sus monumentos destaca la muralla, sus cimientos guaran restos de lo que fue esta, en la época tartésica y romana, siendo su mayor parte construida en época almohade entre los siglos XII y XIII.
Su magnífico estado de conservación, su extensión de más de dos kilómetros que envuelven una superficie de 16 hectáreas, con cuarenta y ocho torres de planta cuadrada, dos de planta octogonal y cinco puertas de entrada en recodo, y su característico color rojo se debe a las arenas del rio Tinto con las que se construyó.
Además de las cinco puertas en recodo: del Buey; del Socorro; del Agua; del Embarcadero y de Sevilla, en el siglo XV se abre la puerta del Agujero posiblemente para dar acceso al castillo de los Guzmanes construido también en esta época y dos accesos abiertos recientemente para para facilitar el tráfico en el interior del perímetro amurallado.
Todo ello convierte a este espacio en el mayor recinto de esta tipología en Europa y el mejor conservado de la época islámica en España, estando catalogado como Bien de Interés Cultural con tipología jurídica de Monumento, desde el año 1945.
En esta ocasión montaremos andamios para las intervenciones que se van a llevar a cabo en las puertas del Buey y del Agua.
Comenzaremos por la Puerta del Buey que incluye el lienzo de muralla que comunica esta con el torreón que se sitúa a la izquierda, que también serán objeto de esta restauración.
La Puerta del Buey presenta tres caras, la fachada principal incluye un arco de herradura sobre la que se disponen tres arcos polilobulados propios de la arquitectura almohade, alcanzando la altura de la cornisa y habiéndose perdido su último cuerpo. La fachada lateral parte de la acera y de un saliente rocoso y presenta toda su altura. La fachada trasera se asienta sobre sobre terreno rocoso con fuerte desnivel y altura variable.
El lienzo que une ambas torres se levanta sobre terreno escarpado y con pendientes hacia el tramo central, sus paramentos se encuentran fuertemente erosionados y hay zonas con trozos inestables.
En el torreón lateral, su cara frontal presenta una base de reducida anchura y fuerte desnivel, en los laterales el terreno es irregular.
Montamos un andamio que se adapta tanto a los desniveles como a las diferentes alturas, permitiendo un paso corrido en toda la superficie de trabajo, contará con niveles de consolas de una plataforma y realizamos los amarres a las zonas estables y en la coronación, una malla mosquitera cubre todo el perímetro de la estructura instalada, paneles de madera cubren toda la base lo que impide el acceso al andamio.
La Puerta del Agua presenta tres caras, en su acceso tiene un arco de herradura y conserva su altura original.
El andamio envolverá las tres caras adaptándose a los desniveles y permitiendo el paso corrido en todas sus alturas de trabajo, dispondrá de niveles de ménsulas de una plataforma al interior, el estado de conservación de sus lienzos permite la fijación de la estructura, además irá cubierto con mallas mosquiteras y su base con un cerramiento de madera.
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