En esta ocasión montaremos un andamio multidireccional que facilite los trabajos de restauración de tres columnas de mármol egipcio traídas en tiempos de la dominación romana a la ciudad de Híspalis.
Se cree que pertenecieron a un templo de finales del siglo I o principios del siglo II que se construye en época de los emperadores Trajano o Adriano.
Estas columnas conservan su ubicación original y se disponen 4.80m por debajo de la cota de la calle Mármoles y se eleva 5.00m sobre esta presentando una altura total de 9.80m.
Su disposición transversal con la fachada del edificio colindante y la proximidad a esta en la columna del extremo interior dificulta el diseño de del andamio.
Proponemos la creación de una estructura de 3.00m de ancho por 9.20m de largo, sustituyendo el ancho del último vano a 2.50m.
Se crearán cuatro niveles de plataformas de trabajo diáfanos que envolverán el perímetro de trabajo, la forma cilíndrica de las columnas, nos llevan a tapar los huecos que se crean en la proximidad de estas con plataformas de cruce.
También se dispondrá un acceso directo al andamio desde una escalera existente en este espacio.
Como siempre, cuando trabajamos para el gremio de la restauración nos preocupa la ejecución de estructuras que faciliten la realización de los trabajos, creando plataformas amplias que permitan ejecutar una intervención de forma cómoda y segura.
Este yacimiento arqueológico compuesto de tres columnas de granito egipcio ha estado siempre envuelto en la duda entre los historiadores.
Hay múltiples teorías que justifican su uso y emplazamiento, incluso su origen y la época de su construcción. Se cree que pertenecieron a un templo de finales del siglo I o principios del siglo II que se construye en época de los emperadores Trajano o Adriano.
Anteriormente existían en este lugar seis columnas que podrían conformar el pórtico de un templo, de las cuales una de ellas se trasladaría en el siglo XIV al Alcázar de Sevilla, por capricho del rey Pedro I que ordenó llevarla a su palacio, pero durante su desplazamiento esta cayó y se fracturó, quedando sus restos esparcidos durante siglos en la calle Borceguinería, actualmente calle Mateos Gago.
En el siglo XVI, en 1578, Francisco Zapata Cisneros conde de Barajas, mandará trasladar dos columnas a la Alameda de Hércules, estas fueron el soporte de las esculturas de Hércules y Julio César, fundadores de Sevilla.
Este traslado fue altamente dificultoso pues las estrechas y tortuosas calles del centro de la ciudad, unida a la larga distancia a recorrer y los medios disponibles en la época, hacían de este desplazamiento un desafío difícil de conseguir.
Fue llevado a cabo por Bartolomé Morel y según se cuenta, se dispusieron en vertical sobre carros que salvarían los quiebros de las calles, unas columnas de 9.80m de altura con un diámetro de 0.90m y realizadas en un material altamente pesado.
Este cartel situado en las inmediaciones de las columnas cuenta brevemente la historia de estos restos, pero según algunos historiadores, no son más que un cúmulo de teorías.
Durante el montaje del andamio me encontré con Abel Periáñez, que en la época de Soledad Becerril como alcaldesa, regaló para embellecer este espacio histórico, un jardín lleno de símbolos vegetales.
Esta pequeña zona verde estuvo cuidada durante años por la empresa de este señor, para posteriormente pasar a ser gestionada por Parques y Jardines.
Allí se plantaron unos acantos (traídos del extranjero), un hermoso laurel y una serie de plantas cargadas de simbolismos. Señalar el estado de abandono de este pequeño espacio verde, que se pretende recuperar tras la presente restauración.
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