Proyectos

Restauración de la torre de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Granada Moguer

Hace un año, el estado precario de los cuerpos superiores de la torre de la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Granada de Moguer nos lleva a montar un espectacular andamio que parte de un estrecho pasillo perimetral de 0.50m y que alcanzará la altura de la veleta. En esa ocasión la retirada y aporte de materiales para realizar la restauración, nos lleva a instalar un montacargas adosado al cuerpo del andamio provisto de plataformas con trampilla para el acceso por el exterior de la torre a la zona a intervenir.

La limitación económica no permitirá acometer el cuerpo de la torre que quedará para una fase posterior. Este año realizaremos el trabajo que quedó pendiente y con el que prácticamente se concluye la restauración de los paramentos exteriores de esta iglesia parroquial considerada durante mucho tiempo como la catedral de Huelva, pues con sus cinco naves, es la de mayores dimensiones de la provincia siendo declarada Bien de Interés Cultural en 1967. Este templo fue levantado por el arquitecto José Álvarez de Mesa (1723-1800) en el siglo XVIII sobre las ruinas de la antigua iglesia mudéjar del siglo XIV que se vendría abajo con el terremoto de Lisboa de 1755.

De aquella iglesia solo se conserva la torre que, embellecida durante las obras de reconstrucción del templo, nos recuerda a la Giralda de Sevilla y como diría el insigne moguereño Juan Ramón Jiménez en su libro Platero y yo, “de cerca parece una Giralda vista de lejos”.

Como he comentado, en esta intervención montaremos un andamio que cubre las cuatro caras de la torre, que posee una base 6.00m x 6.00m y dos caras (la frontal y la lateral derecha) que parten del acerado y alcanzan una cota máxima de +29.50m, mientras la lateral izquierda arranca de una cubierta de teja con pendiente de cota media de +10.50m y la cara trasera también de cubierta de teja a una misma cota de +13,50m con una pequeña terraza que baja 1.50m en el extremo exterior.

Diseñamos un andamio que cubre el perímetro de la torre, tendremos en cuenta que en cada cara se disponen centrados balcones cuyas alturas se ajustan a las rampas para dan luz a los tramos de la escalera de acceso al pasillo perimetral superior del que parten los últimos cuerpos. Para librar dichos balcones dispondremos centrado un cuerpo de 3.00m en cada cara, en las fachadas laterales se adosan a estos cuerpos dos de 1.50m y ménsulas de 0.30m en el extremo trasero. En las fachadas central y traseras se adosarán cuerpos de 2,50m que sobresalen 1m por cada extremo permitiendo un paso corrido entre las cuatro caras una vez sobrepasada la altura de las cubiertas de teja de las naves laterales.

El buen estado de las cubiertas de teja, pues han sido rehabilitadas en intervenciones recientes, nos permite apoyar el andamio sobre las mismas con sacos terreros que distribuyen las cargas. Utilizaremos marcos de diferentes alturas para adecuarnos a los desniveles y en la fachada trasera nos adaptaremos a la altura de la pequeña terraza y volaremos al exterior 1,50m para dar paso entre andamios. Los cuatro lienzos de andamios irán unidos entre sí en los extremos mediante tubos y abrazaderas y fijados a los paramentos mediante tubos de amarre.

Una malla cubre el perímetro evitando la caída al exterior de fragmentos u objetos durante la rehabilitación.

El montaje se ha realizado en un tiempo récor pues hemos invertido 5 jornadas de tres montadores en horario de verano incluido los tiempos de descarga y desplazamiento a obra.

Plano del montaje del andamio para la restauración de la Torre de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Granada – Moguer

Fotos del montaje del andamio para la restauración de la Torre de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Granada – Moguer

José Álvarez de Mesa, arquitecto de la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Granada de Moguer (1723-1800).

Nacido en Huelva el 25 de octubre de 1723, su padre será el maestro albañil Juan Álvarez y su madre Paula de Mesa.

Hijo y nieto de maestros albañiles comienza su preparación como aprendiz a los 13 años, y tras cinco de formación realiza sus primeros trabajos en Huelva. Posteriormente se trasladará a Sevilla donde contraerá matrimonio y permanecerá hasta su muerte en 1800.

Pronto comenzará a dar muestras de su talento, llegando a conseguir el grado de maestro alarife en 1763, el 21 de octubre de 1765 será nombrado maestro mayor de casas del cabildo eclesiástico, posteriormente en 1775 pasará a ser el maestro mayor de la catedral y en 1782 del Arzobispado de Sevilla. Estos cargos le permitirán ser responsable de las obras eclesiásticas de la Archidiócesis de Sevilla que comprendía las actuales provincias de Sevilla, Huelva, una gran parte de Cádiz (la actual diócesis de Jerez de la Frontera) y varios pueblos de la provincia de Málaga.

José Álvarez será uno de los más activos maestros de la arquitectura tardo barroca sevillana que evolucionará hacia el clasicismo que se impone en la segunda mitad del siglo XVIII. Es contemporáneo a Pedro de Silva, Ambrosio y Antonio Matias de Figueroa y Fernando Rosales.

Cuando el maestro toma protagonismo ya se habían reconstruido o estaban en proceso las iglesias afectadas por el terremoto de Lisboa de 1755, se encargará de la supervisión de los trabajos que aún se estaban llevando a cabo y realizará el diseño de nuevas iglesias como las de Chucena, San Pedro en Jerez de la Fra., Nuestra Señora de la Granada de Moguer, Santa Cruz en Écija, San Bernardo en Sevilla, Linares de la Sierra, Campofrío, Algodonales y Aznalcóllar.

De todas ellas cabe destacar las diseñadas en 1776, Nuestra Sra. De la Granada en Moguer y la de Santa Cruz en Écija, debido a su monumentalidad e importancia.

Iglesia de Nuestra Señora de la Granada de Moguer.

Se construirá sobre los cimientos de la primitiva iglesia mudéjar que se había visto muy dañada por el terremoto. Si bien Pedro de Silva entre los años 1758 y 1760 reforma la torre originaria del siglo XIII, en la que se pretende imitar en su cuerpo y remate a la Giralda de Sevilla.

La ampliación y construcción del nuevo templo recaen sobre José Álvarez, las obras comenzarían en marzo de 1777, bendiciéndose el nuevo edificio el 19 de agosto de 1786. Posee una planta basilical con cinco naves de la que sobresale en altura la central, separadas por pilares de planta cuadrada con pilastras adosadas y esquinas redondeadas. Crucero y cabecero plano, constando el cuerpo de iglesia de cuatro tramos. La sacristía y demás servidumbres se sitúan tras la capilla mayor, ubicándose la capilla bautismal junto a la preexistente torre, no disponiendo se tribuna a los pies de la iglesia.

La nave central dispone de bóveda de cañón de amplios lunetos, cerrando mediante bóvedas vaídas las naves colaterales y por arista las extremas. Por su parte, los brazos del crucero y el cabecero se cubren con bóvedas de cañón con lunetos, cobijando el espacio central una media naranja sobre tambor en cuyas pechinas se representa el fruto de la granada y con cuatro ventanas y ocho óculos, elementos que se manifiestan al exterior en planta hexadecagonal, trasdoseándose la cúpula mediante dieciséis gallones curvos sin tejas. El orden interior es el corintio, por tratarse de una iglesia dedicada a Nuestra Señora.

De especial importancia sus tres portadas que se proyectan en ladrillo labrado y tallado, la principal o Puerta del Sol se sitúa a los pies de la iglesia, se concibe como una portada-retablo de dos cuerpos, el primero con columnas toscanas y el segundo con columnas jónicas, más un pequeño remate en ático. Su esquema lo repite simplificado la puerta de la nave del Evangelio, que abre a la plaza de la Iglesia si bien muestra columnas jónicas en el primer cuerpo y corintias en el segundo. La del costado de la Epístola comunica con el Patio de los Naranjos, en su primer cuerpo la puerta se flanquea con pilastras labradas con figuras geométricas sobre las que se dispone un frontón abierto del que parte un segundo cuerpo más estrecho que se corona con un frontón curvo y en los laterales dos medallones de ladrillo tallado.

Las cubiertas de las naves son de teja, con la tradicional jerarquización volumétrica exterior para formar la cruz, abriéndose ventanas en los muros de la emergente nave central y también en las extremas, debido a la excepcional latitud del templo. La nave mayor se cubre con teja a dos aguas. Este templo es el de mayores dimensiones de la provincia de Huelva siendo declarado Bien de Interés Cultural en 1967.

José Álvarez Mesa y el uso de la técnica del ladrillo tallado en las portadas de la Iglesia de Nuestra Señora de la Granada de Moguer

En el año 2017 montaremos los andamios para la restauración del edificio Coliseo una de las últimas joyas de la arquitectura regionalista Sevillana que se desarrolla en la ciudad durante el primer tercio del siglo XX, de los arquitectos José y Aurelio Gómez Millán, cuñados de Aníbal González Álvarez-Ossorio, construirán este edificio entre los años 1924 al 1931.

José Gómez Millán se hará cargo del diseño técnico y Aurelio Gómez Millán del diseño artístico. Si bien destacar que Aurelio termina la carrera de arquitectura en 1922 y pasa a ayudar a su cuñado Aníbal González en la terminación de las obras de la Plaza de España, edificio central de la Exposición de 1929, por lo que no es de extrañar que Aníbal González participara en este proyecto aconsejando, asesorando y aleccionando a su hermano político.

Este edificio responderá a los cánones de la arquitectura regionalista utilizando para su construcción: el ladrillo visto que se trabaja y talla de forma magistral, la cerámica, el hierro forjado en rejas de ventanas, barandillas de balcones y pérgolas, la madera y el mármol en las columnas de ventanas y los torreones.

Sus fachadas se realizan en ladrillo visto, pero en esta obra se trabaja de una forma magistral, tanto las pilastras como los capiteles que estas soportan, los elementos decorativos, las columnas de los balcones rematadas por capiteles con hojas de acanto, cornisas y tallas de personajes.

Esta técnica que empezará a utilizar Aníbal González en sus obras a partir de 1914 en las construcciones de la plaza de la Plaza de América de Sevilla y en especial en el Pabellón Mudéjar y en los bancos que rodean la fuente central, la desarrollará posteriormente en muchos de sus edificios. Podemos destacar las puertas de Aragón, Navarra y la de Castilla-León de la Plaza de España, la Capilla de los Luises y la Casa de las Conchas.

El ladrillo tallado es una técnica tradicional china que se remonta al siglo VII AC, llegará a oriente medio a través de los selyúcidas, dinastía turca que reinó en los territorios de los actuales Irán e Irak y en Asia menor entre finales del siglo XI y mediados del Siglo XIII, ellos adoptarían esta técnica y la aplicarían a su arquitectura que parará a los almohades, que es una dinastía bereber que se hacen dueños del norte de África e invaden España en 1147.

Su principal exponente en la península Ibérica lo encontramos en los paños de sebka que decoran las fachadas de la Giralda de Sevilla.

Durante el barroco sevillano arquitectos de la talla de Leonardo de Figueroa (1650-1730) recuperan esta técnica y la desarrollan espectacularmente, utilizándola en las cubiertas de la Iglesia del Salvador, la cúpula de la iglesia de Santa Catalina y en especial en el tambor de la cúpula de la iglesia de San Luis.

Le seguirán otros arquitectos de esta época como su hijo Antonio Matías de Figueroa, Diego Antonio Díaz o José Álvarez Mesa. Es importante destacar el auge que toma esta práctica en la comarca de Écija, ciudad rica económicamente y en la que se afincan una serie de familias nobles que rivalizan en la construcción de palacios y mansiones suntuosas. En ella aparecerán alarifes como Antonio Caballero que la utilizará tanto en edificios civiles como religiosos.

El terremoto de Lisboa de 1755 afectará gravemente a los edificios de la ciudad que en su mayoría tendrán que ser reformados o derribados y vueltos a construir, cabe destacar la torre de la iglesia de San Gil (cuya dirección de obra corre a cargo de Antonio Matías de Figueroa y su construcción la realiza Antonio Caballero), la torre de la iglesia de Santa Ana (arquitecto desconocido), La Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria (tanto el templo como su torre) y la torre de la Iglesia de San Juan (cuyo diseño lo lleva a cabo el arquitecto cordobés Ignacio de Torre y la reconstruirán los alarifes ecijanos Lucas Bazán y Antonio Corrales).

José Álvarez Mesa comenzará a trabajar en los proyectos de reconstrucción de la iglesia de Nuestra Señora de la Granada de Moguer y de la iglesia de Santa Cruz de Écija en 1776, utilizando el ladrillo tallado en el diseño del templo moguereño, en especial en sus tres portadas en la que se aplica con gran destreza. No he encontrado documentación sobre los alarifes que las construyeron ni si esta técnica era utilizada habitualmente en la zona de Huelva donde no he hallado ningún otro ejemplo. Sería posible que estos vinieran de Sevilla o de la comarca de Écija donde se utiliza con gran maestría.

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