El cabildo de la Catedral de Cádiz promueve la restauración de la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús, se sitúa en el pasillo derecho y se encuentra presidida por una escultura en bronce del Sagrado Corazón de Jesús obra del escultor Mariano Benlliure de 1935. Le acompañan situados en hornacinas laterales las imágenes de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier del siglo XVIII.
Para la restauración de esta capilla, hemos instalado un andamio multidireccional Ringscaff que se adapta al perímetro de la misma. Serán múltiples los elementos a salvar pero el trabajo que se va a llevar a cabo requiere la creación de una estructura que permita a los restauradores alcanzar a todos los puntos a intervenir, evitando la existencia de huecos que puedan ser causa de un percance o accidente.
Cuando nos planteamos montar el andamio para este espacio hicimos un estudio previo sobre un plano un tanto precario de la planta del edificio, que nos había facilitado el cliente, tras una visita a la catedral realizamos mediciones y comprobaciones que nos permitirán crear el plano definitivo.
Tendríamos que salvar una serie de obstáculos y adaptarnos a entrantes y salientes que presentan los paramentos que la conforman. Planteamos el montaje de un andamio multidireccional Rignscaff que permita trabajar el perímetro dejando en el centro un hueco sin cubrir de plataformas que facilitala elevación de los materiales de la intervención por esta zona. En el replanteo del andamio una reja de forja de 1m d altura nos delimita la entrada a la capilla y será la línea a colocar los pies exteriores, al fondo la mesa del altar con un ancho superior a los 3m nos llevará a desplazar lateralmente los pies de arranque. Libraremos la escultura del Sagrado Corazón que previamente han protegido con un cajón de madera. En los laterales, las puertas y hornacinas nos obligan a dar forma al andamio y adaptarnos a los recovecos que se crean entre las columnas traseras de la capilla.
Bajo las cornisas superiores que avanzan y cierran el espacio se crea una plataforma de trabajo situada 1m por debajo de estas.
Una vez sobrepasada la cornisa continuaremos con el andamio hasta alcanzar el arco y adaptar la estructura a la semibóveda y al contorno de la ventana.
Hemos conseguido montar una estructura que permite el acceso a todos los puntos de la intervención que se va a llevar a cabo pese a las múltiples dificultades encontradas.
Nacido en Cabárceno (Cantabria) entre los años 1675-1680, cantero de profesión, se fue formando en los diferentes oficios de la construcción hasta llegar a realizar proyectos como maestro arquitecto y llevar a cabo algunos de los edificios más interesantes de la época.
Tenemos poca información sobre su infancia e incluso su fecha de nacimiento se establece en un periodo comprendido entre cinco años. Como otros cántabros hicieran anteriormente (Diego de Riaño o Juan de Herrera) y siguiendo la tradición de su tierra, se formará en el corte de la piedra para posteriormente emigrar y desarrollar su obra en las ciudades más importantes de la época donde se llevan a cabo los grandes proyectos constructivos.
Se establece en Andalucía donde desarrollará su actividad, en 1707 se localiza por primera vez su nombre entre el grupo de canteros que intervienen en la construcción de la capilla del Sagrario de la catedral de Granada, obra dirigida por el que fuera su maestro, el arquitecto Francisco Hurtado. También se menciona su participación en la capilla del Sagrario de la Cartuja granadina, obras que dirigiera el mismo arquitecto. Su destacada labor le llevará a sustituir a Hurtado en sus ausencias, consiguiendo ser nombrado aparejador de cantería en 1710.
Tras estas obras, realizará un viaje a Italia en el que continuará su formación en conocimiento tanto de los edificios antiguos como de los maestros del momento, como Borromini o Longhena, cuya influencia se detecta en sus proyectos posteriores.
En 1714 es nombrado maestro mayor de la catedral de Guadix donde desarrollará su actividad hasta 1719 en el que se interrumpen los trabajos que continuaría años más tarde. En este año se le localiza en Segovia, en la Cartuja de El Paular, donde expresa su voluntad de tomar los hábitos de la orden a la que pertenecerá durante dos años y posteriormente abandonará para volver a colaborar con el maestro Hurtado en las obras de remodelación del monasterio de la Cartuja de Granada, concretamente en la construcción de la nueva capilla del Sagrario.
Su gran oportunidad llegó poco después al ser elegido su proyecto para la construcción de la nueva catedral de Cádiz en 1721 y ser nombrado maestro mayor de la misma, lo que le llevó a trasladar su residencia a esta ciudad. Dos años después contrae matrimonio con la gaditana Nicolasa Lobatón, de la que no tuvo descendencia. En aquellos años su trabajo debió adquirir gran prestigio: en 1723 presentó un informe para la construcción de la fachada de la catedral de Málaga y en 1724 presentó un proyecto para la culminación de dicha catedral; ese mismo año hizo también un proyecto para la reconstrucción del palacio de los duques de Medinaceli en El Puerto de Santa María. Este proyecto, que tampoco llegó a realizarse.
En 1722 se puso la primera piedra del edifico y se iniciaron las obras de la cripta y subterráneos.
Estos trabajos continuaron hasta 1727, fecha en la que surgieron críticas sobre la solidez del edificio provocando uno de los debates más notorios de la arquitectura de la época. Ese mismo año, se enviaron los planos a Madrid y fueron analizados por Pedro de Ribera, Francisco Ruiz y Francisco José de Silva.
En 1728, el cabildo llamó a Cádiz a los arquitectos Leonardo de Figueroa y Francisco Gómez, a los que se añadieron otros informes de ingenieros militares y maestros de obras. Tanto los dictámenes de los informes como las respuestas del arquitecto fueron publicadas, dando a conocer las dimensiones de la polémica. El arquitecto, ante las presiones de que fue objeto, renunció a su cargo en 1729. Dos años más tarde se reanudó la obra que se culminaría reduciendo la altura de las torres y cúpulas.
A pesar de la contrariedad que debió suponer el abandono de las obras gaditanas, Acero siguió recibiendo numerosos encargos, dedicándose con mayor intensidad a la arquitectura militar y civil gracias al apoyo de algunos ingenieros. En 1728 realizó el proyecto de Puerta del Mar en Cádiz y uno de reedificación de viviendas para el marqués de Tabares. En 1732 trasladó su residencia a Sevilla, donde ocupó el cargo de maestro mayor de la Real Fábrica de Tabacos. En este mismo año retomó sus trabajos de arquitectura religiosa al ser llamado, de nuevo, como maestro mayor de la catedral de Guadix, permitiéndosele la dirección de las obras a través de esporádicas visitas. De esta época son las trazas de la portada de Santiago, que reitera el perfil dinámico del proyecto de la de Cádiz introduciendo la curva en los estribos que definen las calles.
Sus últimas obras se fechan en 1738. Por un lado, se conserva un interesante proyecto para la reedificación de la colegiata de San Sebastián en Antequera, en la que volvió a incidir en la planta adoptada años antes en Cádiz pero con una solución más estructural, y por otro lado, en Granada, realizó algunos informes sobre la catedral y participó en el enchapado del zócalo de la sacristía de la Cartuja. En otoño le debió sorprender la enfermedad que produciría su muerte en enero de 1739.
Entre sus primeras obras se encuentra la fachada de la catedral de Guadix, cuya ejecución tuvo lugar entre 1714 y 1720. La creación de superficies cóncavas y convexas en intersección, revelan las influencias del estilo plateresco, al tiempo que incorpora elementos francoitalianos, demostrando una espectacular arquitectura barroca en esta portada. Queda de manifiesto en esta obra la influencia del maestro Diego de Siloé.
La catedral de Cádiz es un proyecto de gran magnitud inscrito en la tradición de la de Granada, obra maestra de Diego de Siloé. De planta basilical, con un enorme crucero que sirve de transición a la espléndida rotonda que forma la capilla mayor circular rodeada por girola. En ambas construcciones se inspira en los grandes maestros del barroco italiano, consigue una concepción espacial unificada y dinámica de gran efecto escenográfico.
El movimiento también agita la fachada que alterna en sus calles las superficies cóncavas y convexas y se enmarca por dos grandiosas torres octogonales de lienzos redondeados. Todo ello interpretado al modo de su monumental concepto espacial barroco de tendencia clasicista, recreando en sus alzados decididamente curvos y de especial dinamismo, ya experimentados por él en la fachada principal de la Catedral de Guadix.
Debajo del altar mayor se sitúa la cripta de la catedral, concluida en 1926, se organiza en torno a un espacio circular cubierto de una bóveda casi plana en cuyo entorno se abren dependencias. En este espacio el arquitecto vuelve a demostrar su maestría y con un cálculo adecuado consigue que los materiales puedan resistir ésta cubierta y la carga que soporta.
La fuerza creativa del cambio de lenguaje de esta obra ha sido explicada gracias al conocimiento directo de construcciones barrocas italianas y al estudio de los tratados de la época, tanto italianos, franceses y españoles, que Vicente Acero guardaba en su biblioteca.
No obstante, su alta capacidad creativa y técnica se verá reflejada tanto en el exterior del edificio con la cúpula que alcanzaría los 80m de altura y las torres de su fachada que elevarían hasta los 100m y en el interior se reflejará en las trazas de la planta con sus tres naves de cruz latina con los extremos de brazos y cabecera redondeados. La Capilla Mayor levantada sobre una cripta de bóveda muy plana y planteada a modo de una amplia girola, como continuación natural de las naves laterales que la envuelven, siguiendo el planteamiento de la solución dada por Siloé para la Catedral de Granada y experimentados por él en la fachada principal de la Catedral de Guadix.
El proyecto para la reconstrucción del palacio de los duques de Medinaceli en El Puerto de Santa María no llegó a realizarse, era una monumental construcción de tres plantas estructuradas en torno a un patio central, coronadas por dos torres y con una capilla, de planta central, adosada a la construcción civil.
Su arquitectura fue proyectada en 1718 por Vicente Acero y ejecutada posteriormente por Torcuato Cayón. Las puertas se cerraban a las 10 de la noche hasta 1863, y quedaron abiertas definitivamente en 1900. Por la parte de San Juan de Dios no tenían una arquitectura especial, sino el plan general de las naves. Fueron derribadas en 1913.
Unos años después, en 1732, Diego Bordick, ingeniero y director de las obras de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla le propone como arquitecto de las nueva fábrica que se levanta, desempeñando aquí una función de control de obras, siendo por tanto el encargado de dirigir el tipo y las calidades de los materiales que allí se habrían de usar, tales como la piedra y la madera; y permaneciendo en este cargo hasta la fecha de su fallecimiento, en el año 1738.
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