Como técnico responsable del ¨departamento de restauración del patrimonio¨ y tras muchos años en el oficio, he intervenido en múltiples ocasiones en los mismo edificios y en los bienes que se depositan en sus interiores. En esta ocasión volvemos a la iglesia de la Magdalena de Sevilla, nuestra última intervención la llevamos acabo en abril de 2021 con el montaje del andamio para la restauración del retablo que preside esta capilla, ahora los volvemos a instalar para intervenir sus paramentos.
El encargo me llega de mis más que clientes, amigos, Joaquín Fijo y su mujer Almudena Fernández. Son muchos los trabajos en los que han solicitado de nuestros servicios a lo largo de los años y he de descacar su profesionalidad y buen hacer en la restauración y conservación de nuestro patrimonio histórico.
En esta iglesia le he montado andamios tan significativos como el instalado para la restauración del retablo mayor, una de las joyas del barroco sevillano, la linterna de la cúpula, el retablo de de la Virgen del Amparo, así como una serie de andamiajes y torres móviles para intervenciones menores.
En esta ocasión utilizaremos el sistema de andamio multidireccional que por su configuración y características se adapta mejor al volumen a intervenir, pues habrá que acceder tanto a los paramentos laterales, como al arco que conforma la puerta de acceso y a la bóveda superior.
Mediante ménsulas nos adaptaremos a los entrantes y taparemos los huecos que se ocasionan entre la estructura y la superficie a intervenir. Un único objetivo, que se pueda trabajar de forma segura y cómoda y con la máxima accesibilidad posible.
Cuando diseñamos una estructura para la restauración nos ponemos en el lugar del restaurador que va a llevar a cabo la intervención, proyectaremos un cómodo acceso, contemplamos como alcanzar a todos los puntos a intervenir sin dejar huecos y espacios que puedan provocar accidentes por pequeños que estos puedan ser. El restaurador necesita concentrarse en su trabajo, en ocasiones se lleva horas en una zona concreta y se abstrae del entorno.
En esta ocasión se llevará a cabo un minucioso trabajo de limpieza y fijación de las pinturas así como la recuperación de zonas que se han ido perdiendo con el paso del tiempo.
Se procede a borrar, literalmente, los restos que se acumulan de la suciedad y del humo de las velas y que convierten el blanco en gris y apagan la luminosidas y el resalte de las pinturas, los trazos y el pan de oro que decoran uno de los mas significativos espacio de culto en este templo.
También se intervendrán los ángeles lampadarios que si sitúan en los laterales del presbiterio y que se trasladan a esta capilla para su restauración.