En esta ocasión montamos de un andamio, para la rehabilitación de un lucernario de grandes dimensiones. Está situado en el patio interior de un edificio singular, de un propietario peculiar, de un arquitecto especial y de una ciudad excepcional. Nos referimos a la ¨Casa Lissén¨, construida para José Lulio Lissén Hidalgo, que diseñara el arquitecto José Espiau y Muñoz entre 1918-1919 y que se situada en la Plaza de San Andrés de Sevilla.
Sobre el propietario de la Casa Palacio Lissén, decir que fue un importante empresario exportador de aceitunas de mesa. Su amistad con el diestro, José Gómez Ortega, más conocido como Joselito ¨El Gallo¨, hizo que este empresario financiara la construcción de la Plaza de toros Monumental de Sevilla, un coso con una capacidad de 23.055 espectadores, que prácticamente duplicaba el aforo de la Real Maestranza de Sevilla. Su construcción se llevará a cabo entre 1915 y 1918. Correrá a cargo del arquitecto José Espiau y Muñoz y el ingeniero Francisco Urcola, siguiendo el estilo neoclásico. Será uno de los primeros edificios de la ciudad construidos con hormigón armado y tras múltiples adversidades, se inaugura en 1918. Solo permaneció abierta tres temporadas, tras la muerte del torero el 16 de mayo de 1920, se pierde el interés por la misma, siendo clausurada en 1921. En 1930 será demolida. Sevilla perderá para siempre un edificio, que sería un monumento más de la ciudad hoy en día.
Entre 1918 y 1919, comienzan las obras de su propia casa ubicada la c/San Andrés nº4, esquina c/Cervantes, es la remodelación de una residencia ya existente que se terminará convirtiéndose en un espectacular palacio. Es un edificio de tres plantas, que ocupa una parcela de 1.643 m2., estimándose una superficie total construida (excluyendo el patio y el jardín) de 2.400 m2.
Se hará cargo de su construcción José Espiau y Muñoz y en este edificio presentará un anticipo de lo que luego sería el Hotel Alfonso XIII.
Espiau nos da una muestra con esta construcción, de la arquitectura regionalista que se desarrollará en Sevilla durante el primer tercio del siglo XX. En ella utilizará la forja, la azulejería, la yerería mudéjar, los artesonados.
En sus fachadas haciendo esquina abundan los huecos de ventanas en la planta baja y de balcones en la primera planta, destaca en el chaflán un cierro doble que se sustenta por jabalcones de forja y dos cierros simples en la fachada lateral. También en esta última encontramos un retablo cerámico de Jesús del Gran Poder. La segunda planta o ático presenta ventanas con vanos rematados en arcos a modo de las casas sevillanas del XVII o XVIII. La puerta principal se sitúa en la calle San Andrés.
Espiau firma sus obras con el escudo de la Banda, normalmente en el exterior en la rejas y balcones de sus edificios, aunque en esta ocasión lo vemos representado en el interior y en especial en las galerías del patio principal y en la chimenea situada en la cubierta del edificio.
Entramos al edificio a través de un amplio apeadero distribuido en tres naves separadas por arcos sobre columnas de mármol, pilares y zócalos revestidos de azulejos y techos cubiertos con artesonados de madera. Hago una especial mención al mural cerámico situado en la sala izquierda, que representa el cuadro de ¨La Rendición de Breda¨ de Velázquez.
A continuación, accedemos al patio principal, de planta cuadrada, que presenta una fuente en el centro y parterres en las cuatro esquinas decorados con elementos cerámicos. Sus frentes se componen de niveles de arquería en planta baja y alta decorada con bajo relieves.
Las galerías perimetrales que lo rodean se decoran con zócalos de azulejos y yeserías mudéjares en el perímetro de las puertas y ventanas, sus techos se cubren de cuidados artesonados.
En su espectacular escalera principal combinan los mármoles de su balaustrada con los paños de azulejos, vidrieras y se cubre con un magnífico arte sonado.
Y en sus dependencias interiores, destacamos las situadas en la primera planta, que cuenta con numerosos salones de gran tamaño, y de una excelente calidad en los materiales y acabados: suelos de madera, zócalos de azulejos, techos de madera tallada, carpinterías de madera, yeserías. etc.
También destacamos en su interior, el uso de los dinteles de madera en puertas y ventanas, una técnica que nos recuerda a los antiguos soportales que servían de galerías porticadas en las casas sevillanas.
En el jardín interior, se adelanta un cuerpo semi octogonal que presenta en su primera planta un balcón cubierto de una techumbre de tejas vidriadas.
Con dos cotas a distintas de altura, está absolutamente formalizado, con bancos, parterres, solados y los mu¬ros medianeros, que se decoran con estuco avitolado, cerámicas, y se rematan con almenas sobre una cornisa en la que abundan ele-mentos cerámicos.
Adjuntamos el ¨Catálogo completo de las obras de José Espiau en orden Cronológico¨.