El Pabellón Mudéjar de la Plaza de América de Sevilla será el primer edificio que se levante para la Exposición Iberoamericana de 1929, obra del insigne arquitecto Aníbal González Álvarez-Ossorio su construcción se dará por terminada en 1914. De estilo Neo-Mudéjar, su fachada principal de ladrillo visto presenta un alero que cubre la puerta noble de entrada al edificio.
Los trabajos de rehabilitación que se realizan en esta ocasión se centran en dicho alero, pues desde hace tiempo presenta desprendimientos que obligaron en su día a cubrirlo con mallas de seguridad, porque la entrada al museo se realiza a través de la puerta aledaña. Una medida que ha deslucido el esplendor de este pabellón durante años.
El Andamio:
El acabado de la fachada en ladrillo visto y las exigencias del proyecto nos impiden fijar el andamio a los paramentos por lo que nos vemos obligados a desarrollar una estructura que nos permita alcanzar la zona a intervenir de forma auto estable.
Dicha estructura permitirá trabajar los bajos y laterales del alero e incluso pasará al interior de la cubierta del edificio. Partiremos con una base de 6m de ancho por 9m de largo hasta una altura de 9.30m, a partir de esta cota la base se reduce a 3m de ancho por 9m de largo que posibilitará intervenir tanto la zona baja creando una plataforma en la cota +15.30m como el perímetro de la cubierta de teja en la cota +17,30m.
El avance en los laterales del último nivel de plataformas comunica el andamio con la cubierta del pabellón.
Situaremos tubos topes debidamente protegidos en todos los pies y a dos alturas para evitar el movimiento de la estructura que aun siendo auto estable siempre existirán vibraciones si estos no se utilizan.
Por último cubriremos la estructura con mallas mosquiteras que impidan la caída accidental de objetos desde el andamio durante el periodo que duren los trabajos.
Plano del montaje del andamio para la rehabilitación del alero del Pabellón Mudéjar, exposición iberoamericana de 1929 de Sevilla.
Fotos del montaje del andamio para la rehabilitación del alero del Pabellón Mudéjar, exposición iberoamericana de 1929 de Sevilla.
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El Pabellón Mudéjar de la exposición Iberoamericana de 1929 de Sevilla, primer edificio en el que Aníbal González utiliza la técnica del ladrillo tallado.
¨El Pabellón de Industrias, Manufacturas y Artes Decorativas¨, posteriormente denominado ¨Pabellón de Arte Antiguo e Industrias Artísticas¨ y hoy en día ¨Museo de Artes y Costumbres Populares¨ más conocido como ¨Pabellón Mudéjar¨, se encuentra situado en la Plaza de América de Sevilla.
Diseño del proyecto original de la Plaza de América (1912) Perspectiva en acuarela de Manuel de la Cuesta y Ramos.
Su estilo ¨Neo Mudéjar¨ se enmarca en la corriente de arquitectura regionalista que se desarrollará en la ciudad de Sevilla en el primer tercio del siglo XX, será el primer edificio que se concluya para la Exposición Iberoamericana de 1929, obra del insigne arquitecto Aníbal González Álvarez-Ossorio su construcción se inicia en 1912 y se dará por finalizada en 1914, entregándose a principios de 1915.
Aníbal González se inspirará para la construcción de este edificio en el arte islámico, tomará como referencia la Alhambra de Granada, el Alcázar de Sevilla, la Rábida, San Isidoro del Campo y los palacios nobiliarios de la ciudad de Sevilla que se construyen a imagen y semejanza del Alcázar, (por ser esta la casa del rey en la ciudad).
Para su construcción utiliza el ladrillo visto, el mármol, la cerámica, la madera, la forja y la teja árabe en sus cubiertas, todos ellos elementos de la arquitectura tradicional sevillana. La decoración del pabellón correrá a cargo del ceramista Manuel Martínez Romero que trabajaba para la fábrica de Julián Laffite.
Esta construcción de planta alargada presenta un módulo central de base rectangular en cuyo tramo delantero, la fachada principal se encuentra flanqueada por dos torreones y la trasera se concibe como una logia que en su día dispondría de un acceso a través de escalinatas, si bien dichas escalinatas nunca llegaron a construirse, sí conservan sus cimientos. En el centro de este módulo se dispone un patio a doble altura y en sus cuatro vértices se sitúan torres de bases octogonales, las alas van decreciendo en anchura y en sus extremos presentan plantas semicirculares. Ambos laterales se encuentran rodeados de una galería abierta con arcos de medio punto y columnas de mármol blanco que se van adaptando al perímetro del edificio. Todos estos elementos van a transmitir a la construcción una sensación de movimiento ligereza.
El edificio se eleva dos metros y medio con respecto a la plaza, una escalinata y dos rampas salvan el desnivel que nos llevan a las puertas de acceso.
Dos torres miradores con cubiertas de teja bicolor a cuatro aguas, flanquean la fachada principal en la que se abren tres puertas con tímpanos en los que se disponen los escudos reales y de la ciudad, las dos laterales presentan arcos polilobulados con acabado cerámico y apoyados sobre columnas y la central de mayores dimensiones se compone de un doble arco soportado por cuatro columnas, el interior califal realizado con ladrillo a dos colores y el exterior polilobulado con acabado cerámico de gran belleza.
Sobre los arcos de las puertas se disponen paños cerámicos de pequeñas teselas con formas geométricas.
En el centro de la fachada y sobre la cubierta se dispone un potente alero de madera policromada soportado por ménsulas labradas y vigas transversales en cuyas cabezas aparecen bajo relieves de los escudos de Castilla y León ricamente policromados.
Dichas ménsulas labradas, a su vez serán soportadas por columnas adheridas a la fachada y realizadas en ladrillo aplantillado que partiendo de un capitel situado sobre un busto cerámico que servirá de base a las hornacinas en las que pequeñas columnas sustentan arcos cerámicos lobulados.
Accedemos al interior del edificio a traves de un vestíbulo de planta rectangular que aparece dividido en tres tramos mediante dos arcadas compuestas.
En un lateral una bella puerta de ladrillo labrado e incrustaciones cerámicas nos da acceso a la escalera que nos conduce a la segunda planta.
En el interior una sucesión de puertas sobre las que se disponen dinteles de madera y arcos de diferenta factura nos dan paso de una dependencia a otra
El patio interior presenta galería de doble altura de arcos que se apoyan sobre columnas de ladrillo en planta baja y de mármol en la primera. Columnas adosadas de ladrillo aplantillado parten de la cornisa de planta baja y alcanzan la altura del pretil traspasando la cornisa de cubierta. Incrustaciones cerámicas decoran el conjunto con un sinfín de motivos ornamentales.
En la primera planta o planta de honor, se sitúa un salón ricamente decorado con relieves de escayola y artesonados.
El Pabellón Mudéjar será el primero que se termine para la Exposición Iberoamericana de 1929 y a su vez el primero en el que se utilice la técnica del ladrillo tallado, que introdujeran los Almohades en España, que posteriormente utilizara Leonardo de Figueroa y los arquitectos del Barroco Sevillano y que a principios del siglo XX Aníbal González implantara y desarrollara a unos niveles antes nunca vistos.
Cuando escribo el primer artículo sobre la técnica del ladrillo tallado coincidiendo con la instalación de andamios para la restauración del edificio Coliseo de Sevilla, me hago varias preguntas y una de ellas era ¨¿Cual fue la primera obra en la que Aníbal González empieza a utilizar esta técnica?¨
En muchas zonas de este edificio observaremos el ladrillo labrado o aplantillado pero en el exterior y sobre el alfiz de varias ventanas distinguimos placas de ladrillo tallado.
Pero será sobre todo en la puerta de acceso a las escaleras que nos conducen a la primera planta y en especial en sus columnas donde se observa el trabajo esmerado y refinado en el tallado del ladrillo.