En los arrabales del recinto amurallado de la ciudad de Sevilla y junto a la antigua puerta de Carmona, se ha conservado durante años el cascarón de mampostería de una construcción que, soportada por un estabilizador de fachadas, ha superado una grave crisis económica.
Se llevará a cabo la construcción de viviendas en un edificio que ocupa un solar de planta triangular, que aparece en los planos históricos de Sevilla como solar desde 1868, como zona ajardinada desde 1870 y como espacio construido desde 1884 en adelante. El nuevo proyecto conserva la imagen exterior del inmueble y contempla una edificación desarrollada en tres plantas y ático, así como dos niveles de sótano.
Durante las prospecciones arqueológicas previas a la edificación, se ha descubierto que este edificio custodia en sus entrañas, los vestigios de un impresionante descubrimiento histórico, ¨la entrada romana a Híspalis¨, pues durante la excavación de su sótano ha aparecido entre sus restos arqueológicos, un tramo de la Vía Heraclea de la primera mitad del siglo I a. de C., por ella accedería a la ciudad Julio César. Esta calzada comunicaba el levante con el sur de Hispania y posteriormente, ya como Vía Augusta, Roma con Cádiz.
Sobre el andamio a instalar se montará un tramo con pie estrecho en la esquina achaflanada del edificio, para continuar en todo el perímetro con una estructura que parte con marco de 0.65m, librando todos los salientes pues el espacio a ocupar es muy limitado y se pretende dejar el máximo espacio de acera libre al tránsito de peatones. Se coloca una visera a una altura de 3,00m y se cubre todo con una malla que protege de la caída de restos propios de las intervenciones que se van a llevar a cabo.
La situación del muro de fachada que en algunos tramos se encuentra en un estado precario nos llevará a utilizar amares con anclajes químicos e incluso se utilizarán varillas pasantes que garanticen la estabilidad del andamio.
En el interior montamos andamios en los patios que presenta curiosa formas poligonales teniendo que adaptar la estructura para librar el mástil de la grúa que se dispone en uno de ellos y que se dispone próximo a uno de sus laterales.
Plano del montaje de los andamios para la rehabilitación de las fachadas del edifcio de Florida de Sevilla.
Fotos del montaje de los andamios para la rehabilitación de las fachadas del edifcio de Florida de Sevilla.
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Julio César y la ciudad de Sevilla, entre la historia y la leyenda.
A Julio César lo sitúa la historia por primera vez en Sevilla entre los años 68 y 65 a.C., tenía 32 años y llegaría como cuestor o magistrado de la antigua Roma, nombrado por el pretor Antistio Tuberon.
El pasado de esta ciudad está ligado a tan insigne personaje y se le considera junto a Hércules fundador de esta. Ampliará su perímetro urbano y reforzará sus defensas y la convertirá en una gran metrópolis y en un imponente centro industrial de la Bética.
En Sevilla dejó también la impronta de su genio político y militar.
No obstante, el catedrático de Historia Antigua, Antonio Caballos Rufino, ha desmitificado la figura de este dictador romano como impulsor de la ciudad y ha revelado que causó grandes estragos en la comunidad hispalense.
Los acontecimientos que se producen durante la guerra civil por el poder entre Pompeyo el Grande y Julio César, hacen que Hispalis salga por primera vez del anonimato en que la habían mantenido hasta entonces las fuentes literarias.
La victoria de César en la batalla de Munda cerca de la actual Lantejuela, desembocó en dramáticos acontecimientos en Híspalis, en donde un tal Filón, el primer sevillano que conocemos por su nombre, se erigió en abanderado de la mayoritaria causa de Pompeyo, convirtiendo la ciudad en bastión de los pompeyanos. Julio César se vengó brutalmente ajusticiando a muchos de los amotinados y vendiendo a los restantes como esclavos. Sofocada la revuelta en Híspalis, el dictador volvió a Roma, posiblemente en la segunda quincena de julio del año 45 a.C.
El dictador fue responsable de una de las decisiones más duras y que más trágicamente habría de afectar a esta comunidad ciudadana de Sevilla, hasta el punto de condicionar una fuerte censura histórica y un brutal descalabro social, La cruda realidad, se traduce en el doble castigo a los hispalenses, que fueron desposeídos de sus tierras y la inoperatividad de la vieja ciudadanía, sustituida por un nuevo régimen, así, se convirtieron en extraños en su propia tierra».
El legado romano en la ciudad de Sevilla:
En el siglo I a.c. Julio César fundará la colonia ¨Julia Rómula Híspalis¨ que se asentará sobre la antigua población nativa de Ispal cuyo origen se remonta a la época de los Tartesos. Tendremos que ir a esta Híspalis para encontrar el origen de este singular espacio. En las ciudades de Roma, las calles se planificaban orientadas a los cuatro puntos cardinales, las situadas de norte a sur se denominaban cardus (cardo) y las de este a oeste decumanus (decumano), las calles principales serían el cardus maximus que en la Sevilla actual se situaría entre la Iglesia de Santa Catalina y la C/Abades y el decadomus máximus entre la Iglesia de San Esteban en la c/Águilas y la actual Plaza del Salvador), en el encuentro de ambas se situaba una gran plaza que comprendía el foro con sus templos, termas, edificios públicos y el mercado.
Plano de la Híspalis romana en la época republicana- J.M.Campos
En lo que es actualmente la plaza de la Alfalfa y sus alrededores se ubicaba el Foro, debajo de este y en dirección al rio se situaba el mercado en lo que es hoy la Plaza Jesús de la Pasión, más conocida como la Plaza del Pan. Actualmente encontramos vestigios de aquel pasado en el Templo de la calle Mármoles del que se conservan tres columnas de casi 9m de altura elaboradas en granito egipcio que se asientan en basas de mármol local y se encuentran situadas en su posición original 4.5m por debajo de la altura actual de la calle.
Dos columnas más de este templo se trasladarán en 1574 a la Alameda de Hércules que hoy en día lucen con bellos capiteles sobre los que se sitúan las esculturas de los fundadores de Sevilla: Hércules y Julio César.
La sexta que componía el pórtico se rompería en su traslado al Alcázar que se llevaría a cabo por orden de Pedro I en el siglo XIV y cuyos restos quedarían esparcidos en la Plaza Virgen de los Reyes. Se conservan tres tramos del acueducto de los Caños de Carmona que se construiría entre Alcalá de Guadaira y Sevilla y llegaba a la ciudad a la altura de la Puerta de Carmona (de ahí su nombre) y se erigiría entre los años 68 y 65 a.c. siendo cuestor de Híspalis Julio César.
También en esta época se construiría la muralla que rodearía a la ciudad sustituyendo la empalizada existente, de aquella muralla solo se encuentran restos en el Alcázar de Sevilla.
Vestigios de esta época aparecerán en muchas excavaciones llevadas a cabo en la ciudad, en especial en el Antiquarium, un museo situado bajo el Mercado de la Encarnación y en el que localizamos huellas de numerosas casas romanas.
También encontraremos capiteles de esta época en las columnas que soportan los arcos del patio de abluciones de la que fuera la primera mezquita aljama de la ciudad. La mezquita de Ibn Addabas que se construirá entre los años 829 y 830