Proyectos

Rehabilitación de las fachadas de un edificio residencial de Sevilla

Al sur del barrio de San Bernardo se construirá la ¨Fábrica de la Pirotecnia militar¨, una industria bélica destinada a la producción de municiones. Se sitúa sobre una parcela de 72.000m² y se edifica entre 1847 y 1849 por el ingeniero Manuel Portillo Navarrete. La Pirotecnia se clausura como fábrica en 1966 y en sus instalaciones se creará un cuartel que cerrará definitivamente sus puertas en 1974. Desde 2008 es la sede de la Facultad de Derecho y de la de Ciencia del Trabajo de la Universidad de Sevilla que se instalará en las dependencias nobles de la Fábrica.

Los terrenos dedicados a talleres, naves, fundición y campo de tiro se han urbanizado y construidos edificios de viviendas, de oficinas, un centro comercial y un parque que incluye, la estructura de una nave del complejo fabril que se ha conservado (El Paraguas) y que la universidad de Sevilla ha transformado en un centro deportivo.

Los terrenos en los que se asienta el edificio que vamos a intervenir con el montaje de andamios para la rehabilitación de sus fachadas, pertenecían a esta antigua fábrica bélica.

El trabajo se realiza en tres fases y se pretende picar paramentos enfoscados que se encuentran en mal estado y reponerlos con un nuevo recubrimiento.

Comenzaremos por la fachada lateral que da a la zona ajardinada del solar, en este tramo su extremo izquierdo aparece escalonado pues este bloque en su fachada trasera presenta terrazas en las plantas cuarta a octava y el andamio se adaptará a dicho escalonamiento, en zona intermedia balcones de 6.70m de largo sobresalen de la línea de fachada 1.30m desde las plantas segunda a octava, el andamio vuelve a adaptarse a la geometría de dichos balcones permitiendo trabajar la zona inferior de planta baja y primera planta, un doble andamio exterior permite trabajar el frente y realizar un cruce de plataformas que da paso entre andamios y acceso a los laterales a intervenir en toda su altura. Por último, dejamos libres y protegidos los accesos a los almacenes de un supermercado que se proveen por esta zona. Una malla mosquitera cubre el perímetro y evita que salgan al exterior escombros durante el picado y resto de mortero del nuevo recubrimiento.

A continuación, se monta el andamio en la fachada achaflanada que sirve de acceso al edificio, en este tramo la comunidad de vecinos nos exige una serie de requisitos para dejar libre la entrada al bloque que se sitúan en la primera planta y al que se accede por una escalera y una rampa, el tramo de la escalera quedará libre valiéndonos de unas vigas de celosía que eviten el apoyo del andamio en esta zona, en la rampa se complica pues no tenemos espacio para librarla, vamos a realizar unos apoyos en la baranda de mampostería que se sitúa adosada al paramento y a un hueco que crea la rampa al describir su giro, para ello utilizaremos un cuerpo de andamio multidireccional del que parta, dejando completamente libre el paso. En esta zona también nos piden realizar un estudio y un sobre amarre de la estructura pues se va a colocar una lona publicitaria que financie en parte la ejecución de las obras. Dejaremos libre la puerta de emergencia del supermercado que se dispone en el lateral derecho.

Por último. se montará el tramo de la fachada que da a la calle y que ha de librar un frente de balcones idéntico al de la primera fase, también el acceso al supermercado y mediante una base de paso el tránsito de los peatones en esta zona de la acera. Pero este andamio se montará una vez terminado los trabajos en el primero que instalamos que se trasladará a esta zona.

Plano del montaje del andamio para la rehabilitación de las fachadas de un edificio residencial de Sevilla

Fotos del montaje del andamio para la rehabilitación de las fachadas de un edificio residencial de Sevilla

La industria militar en Sevilla

Durante el siglo XIX, la concentración de industrias militares convertirá a Sevilla en la capital mundial de la producción armamentística, esto sería generado por una tradición que durante siglos se había ido gestando en la ciudad.

En el siglo I a.c. se documenta la construcción de barcos en los astilleros de Híspalis durante la guerra civil entre Pompeyo y Julio César. En la época de dominio árabe, gobernando el emir Abd al-Rahman II los vikingos remontarán el río Guadalquivir con 80 barcos y atacarán la ciudad provocando grandes daños y matanzas, tras la batalla que se llevará a cabo en los llanos de Tablada los normandos saldrán mal parados sufriendo una estrepitosa derrota. Esto provocará el refuerzo de las murallas de origen romano que protegían la ciudad y la construcción de unos astilleros. En 1184 el califa almohade Abu Yacub Yusuf I ordena al gobernador de la ciudad la fabricación de una gran flota para combatir a los reinos cristianos.

Tras la reconquista de la ciudad, el rey Alfonso X mandará construir en el siglo XIII las Reales Atarazanas de Sevilla, se ubicará en el exterior del recinto amurallado en la zona comprendida entre la Torre del Oro, La Torre de la Plata, la Puerta del Carbón y el Postigo del Aceite, incluyendo una gran explanada que llegaba al rio. Con una superficie de 15.000m² sería una de las mayores instalaciones industriales de la Baja Edad Media Europea. Originalmente era un edificio de 17 naves perpendiculares al rio, arquitectónicamente se trata de una construcción de estilo gótico y mudéjar construida en fábrica de ladrillo en la que se aprecia la influencia del arte almohade. Estas naves se comunican lateralmente a través de gruesos arcos ligeramente apuntados y que arrancan desde el suelo.

En estas fotos se aprecia la profundidad a la que se encontraba la solera original de las Atarazanas y la altura de los pilares de los que parten los arcos, hoy en día, semienterrados.

Sus naves adosadas tienen una anchura y longitud admirable concebidas para la producción de los mayores barcos de la época. Se especializará en la construcción de galeras y tendrán un papel fundamental en la lucha por el control del estrecho de Gibraltar contra los musulmanes y en la guerra de los 100 años. Con una gran capacidad de producción, se construirán frecuentemente flotas de 20 y hasta 30 embarcaciones de forma simultánea, movilizando entre 400 y 500 artesanos y un gran número de esclavos que harían los trabajos más penosos. La madera necesaria se traería de los bosques que poseía la corona en la sierra Norte de Sevilla. La autoridad en las atarazanas la ejercía el alcaide de los Alcázares y era un cargo de confianza nombrado por el rey. Estas instalaciones albergarán además de las naves en construcción todos los pertrechos necesarios para su montaje, reparación y mantenimiento. También se utilizarían para guardar botines de guerra. Se desarrollarán actos y festejos e incluso para recluir prisioneros.

En época de los Reyes Católicos las atarazanas irán dejando de construir barcos, el desuso de las galeras a favor de las naves mancas o veleros, como las carracas o naos hará necesario otro tipo de astilleros. Por este motivo se realizarán obras para su remodelación. En la nave del extremo sur se situan lonjas de pescado y viviendas. En 1587 la aduana de la ciudad ocupará las naves 13, 14 y 15, en el siglo XVI una nave se alquilará para almacén de aceite, otra para almacén de lanas y una tercera para almacén de mercurio. En 1593 el rey Felipe II prohibirá que los barcos construidos en los astilleros de Sevilla realicen los viajes a las Indias aduciendo la peor calidad de la madera que estos utilizaban.

En 1641 este edificio sufrirá una gran intervención con la construcción del Hospital de la Caridad y su iglesia, que ocupó cinco de sus naves. En 1719 el gobierno dispone que cinco de sus naves pasen a almacenar material de artillería, función que ya había llevado a cabo desde 1587.En 1762 se producirá una gran reforma del Cuerpo de Artillería que provoca al cabo de los años que la Maestranza de Artillería sita en las Atarazanas contase con un gran depósito de carruajes y pertrechos para el suministro de las tropas teniendo que anexionarse las dos naves restantes que son las que ocuparía el ejército hasta el siglo XX.

Detalle del plano de Olavide de 1771. En el que se muestran Las Atarazanas y su entorno: de izquierda a derecha, la Maestranza de Artillería (156), el Hospital de la Caridad (139), la Aduana (154) y un almacén de lanas (155); en el entorno: Postigo del Carbón (2), Postigo del Aceite (3) y Plaza de la Carnicería de los Abades.

En 1752 por orden del rey Carlos III, las Atarazanas se ampliarán con la construcción del primer cuerpo, una remodelación arquitectónica que transformó parte del edificio y nos dejará su imagen actual con la construcción de la fachada con su inscripción de ¨MAESTRANZA DE ARTILLERÍA¨ En 1782 las Maestranzas de Cádiz y Málaga se unificaron en la de Sevilla quedando esta como abastecedora única para Andalucía, Extremadura y un año más tarde también para la Indias.

Aparte de la construcción de la Caridad en el siglo XVII, el resto de la estructura del edificio original sobrevivió completa hasta 1945, cuando cinco de las naves (La Aduana) fueron derribadas para dejar sitio a la construcción del actual edificio de la Delegación de Hacienda.

La Real Fábrica de Artillería de Sevilla se creó en el año 1565, como Reales Fundiciones de Bronce de Sevilla. Se sabe que existía un primitivo taller en 1525 y que Juan Morel fabricó cañones desde Sevilla antes de esa fecha. Será comprada por el Estado en 1634 y Se remodela en 1768 con la finalidad de barrenar y tornear la artillería. Tenía diversos talleres de grabería, escarpa, lima, torno, carpintería, fragua, tres máquinas de barrenar y tornear artillería, corte de mazarotas, ladrillería, moldería, ocho hornos de fundición, seis hornos reverberos y un laboratorio químico, produciendo piezas de todos los calibres. En 1794 llegó a producir 418 piezas de artillería. En 1808 empezó también la tarea de fundir municiones, llegando a producir en 1809 16.452 balas y 12.112 granadas. En 1810 cae en manos francesas y la producción decae considerablemente debido a la resistencia pasiva de sus obreros. A lo largo del siglo XIX y primer tercio del XX, resurge la producción de piezas de artillería.

En 1827 la fábrica de artillería comenzó a organizar la enseñanza de la maquinaria y los instrumentos para producir armamento de percusión y cápsulas para suministrar al ejército.

La historia de la Real Fábrica de Artillería en el barrio de San Bernardo, se remonta al siglo XVI, su fundador, Juan Morel que se había trasladado a este emplazamiento en 1555, compró tres solares para la fundición de campanas y cañones. En1565 se funda como fábrica que de forma sistemática y continuada, produjera armamento. En 1568 gana notoriedad cuando Felipe II ordena a la Casa de Contratación que proporcione a Bartolomé Morel, hijo de Juan, cobre y estaño para fabricar cañones. Bartolomé Morel también fabricaría para la Catedral de Sevilla, campanas para la Giralda, el tenebrario y el facistol.

Para el Ayuntamiento de Sevilla se fundió un balcón hoy desaparecido y para la fuente situada en la Plaza de San Francisco la escultura en bronce del dios Mercurio.

La fábrica pasará a manos de Pedro Gil Vambel y en 1634 la adquiere el Estado. Se documentan obras en la fábrica en 1720, 1725, 1730 y 1741 pero no será hasta 1755 cuando se acometa una modernización y ampliación de las instalaciones que se concluyeron en 1773. En 1782 bajo la dirección del arquitecto Vicente de San Martín. se volverán a ampliar las instalaciones dotándolas del carácter barroco y monumental que ha llegado a nuestros días. Se construyen en el siglo XVIII tres grandes hornos de 500, 600 y 700 quintales de bronce, en 1789 el Ministerio de Indias le encarga sustituir la artillería de las Américas. De esta fábrica saldría el famoso Cañón Tigre, que arrancó un brazo al Almirante Nelson en el ataque inglés a Tenerife en 1797, de donde salió derrotado y maltrecho.

En 1860 el ejército español consigue una gran victoria en la batalla de Wad-Ras (Guerra de África), tomando unos cañones al enemigo. Estos cañones se entregan al escultor Ponciano Ponzano y Gascón para en 1865 hacer los Leones del Congreso de los Diputados, siendo fundidos en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla.

Los originales, de los que se hicieron la copia de bronce fueron trasladados en 2009 a la Capitanía General de Sevilla en la Plaza de España.

Volviendo a la Fábrica, durante la I Guerra Mundial se producen cañones Krupp y Schneider así como granadas. En 1959 pasa a manos de la Empresa Nacional Santa Bárbara de Industrias Militares que permanecerá en estas instalaciones hasta 1991, año en el que cesa la actividad y pasa a manos del Ayuntamiento de Sevilla. Dos inscripciones encontramos en la fábrica que nos indica la primera (tras pasar la entrada principal) la fecha de la fundación por Juan Morel 1565 hasta que pasa a manos del Estado en 1634, la segunda (en la reja de una puerta) con la inscripción: REINANDO CARLOS III – AÑO DE 1782 señala la fecha de remodelación de la Fábrica por el arquitecto Vicente de San Martín dotándola del carácter barroco y monumental que ha conservado hasta nuestros días.

Exterior de la Fábrica

Fotos del interior

El Rey Fernando VI autorizará en 1756 la creación de la Real Fábrica de Salitre de Sevilla, principal ingrediente para la fabricación de la pólvora, su desarrollo se debe a los estudios realizados por un maestro polvorista granadino. Se ubicará en unos terrenos cedidos por el Cabildo entre La Puerta del Sol y Puerta Osario, en la zona donde se ubican actualmente los Jardines del Valle.

El enclave de esta fábrica vino condicionado por la proximidad del Rio Tagarete, que se caracterizaba por una importante presencia de salitre en sus aguas, se dispuso una parcela triangular, que fue cercada con una tapia de unos seis metros de alto, rematada en almenas y que llegó a contar con tres portadas en su fachada principal.

La Fábrica de Salitre no sólo creaba la pólvora, sino que también recibía productos sin refinar de algunas salitreras particulares, principalmente de algunos pueblos de la provincia.

La fábrica fue creciendo progresivamente, instalando sus almacenes y cristalizadores al otro lado de la calle Arrebolera. En el recinto principal se levantaron oficinas e incluso una capilla.

Por falta de materiales, los suministros fueron disminuyendo y la continua demanda debido a la guerra con Francia obligará al estado a comprarlo en Inglaterra a un precio bastante superior. La Real Hacienda, titular de la institución, la vendió a la adinerada familia Cárdenas en 1818. En la década de los 40 del siglo XIX finaliza su actividad.

Tras el cierre de la Real Fábrica de Salitre de Sevilla comienza a funcionar la Fábrica de Pólvora de Santa Bárbara, situada cerca de la actual barriada de Torreblanca. Esta empresa mantuvo su producción hasta 1867.

También tuvieron su importancia los molinos de pólvora instalados en Triana, la Bandurria y El Cuarto, de los que se constatan en la ciudad los efectos que acarrearon sus explosiones para la villa y el arrabal de Triana donde se situaban, los efectos de la primera, en 1579, suscitaron que se trasladasen a una zona despoblada lejos de las calles principales de la collación; la segunda (1613) concluyó en un elevado número de víctimas y daños materiales pese a la distancia establecida, lo que llevó a un largo pleito para retirarlas fuera del entorno urbano, concretándose la mudanza en 1626 al lugar de Cuartos, camino de Dos Hermanas, donde volvieron a estallar en 1667.

Por la Real Orden de 9 de junio de 1809 se crea en Sevilla una Fábricas de fusiles de chispa, ubicada en la que fue Plaza de Santo Tomás, en los aledaños de la Catedral, la Lonja, el Alcázar, la Casa de la Moneda y la Aduana, se estableció de manera definitiva en 1835. Al principio, la actividad de esta fábrica, quedaba reducida a recibir las armas terminadas y someterlas a reconocimiento y pruebas, ya que los armeros y constructores de las mismas trabajaban a discreción en sus propias casas. Pero a partir de 1839 se aplicó un nuevo planteamiento: emancipar la fabricación de los especialistas traídos de Vizcaya y Asturias; establecer la compañía de obreros; promocionar la enseñanza de aprendices sevillanos en los talleres, y abolir las contratas con los particulares, para que todos trabajaran a jornal por cuenta del Gobierno. La Fábrica estaba dividida en dos secciones: Santo Tomás y San Juan de los Teatinos. En la primera se establecieron algunos talleres de montaje, las oficinas y la escuela de aprendices. En el llamado Molino de Aljudea, en San Juan de los Teatinos, casi a cuatro kilómetros al Este de Sevilla y en la orilla derecha del Guadaira, se situaron las máquinas hidráulicas, movidas por las aguas del río, para barrenar los cañones. Esta entidad estuvo trabajando en Santo Tomas hasta el año 1861, aunque bajó mucho su producción a partir de 1810, con la invasión francesa.

En 1847 se procedió a montar los laboratorios y la Escuela Central de Pirotecnia, de artificieros, en la zona de Enramadilla. A partir de 1848 funcionó también como fundición y en 1868 este complejo fabril pasó a llamarse Fábrica de la Pirotecnia Militar de Sevilla, dedicándose a la producción de municiones.

Entrada principal año 1920

Tras la creación de las intendencias, que será una de las aportaciones mas importante de Felipe V durante su reinado, pues se pretendía conectar la corte y sus órganos (los consejos), con las provincias que en muchas ocasiones estaban demasiado alejadas. Se nombrará a un funcionario real, el intendente, que ejecutará la política oficial en su demarcación, a partir d este momento. Sevilla se considerará sede de la Intendencia del Ejército de Andalucía.

José Manuel Arjona, administrador militar y alcalde de la ciudad entre 1825 y 1833, propondrá la concesión de unos terrenos para usos militares de una zona al sur del barrio de San Bernardo para situar una fábrica de cápsulas y chimeneas y como campo de tiro para las escuelas de artillería.

Sobre una parcela de 72.000m², el ingeniero Manuel Portillo Navarrete, edificará entre 1847 y 1849 la Escuela Central de Pirotecnia, la fábrica de cápsulas y chimeneas de fusil, se utilizará como campo de tiro y se instalará una fundición. A partir de 1868 pasa a llamarse Pirotecnia Militar.

Exteriores de la fábrica en 1849.

La fábrica tuvo varias ampliaciones para la mejora de producción y la elaboración de varios artículos de guerra, en 1916 se construye el laboratorio, el taller de afinado y laminado de cobre y el taller de cápsulas de caza. Para estas reformas será necesario adquirir nueva maquinaria y construir dos nuevas naves de estructura metálica.

Los jardines centrales de la Pirotecnia Militar a principios del siglo XX y su estado de abandono antes de la remodelación como centro universitario.

El Cuerpo de Guardia, el edificio del reloj, el Paraguas y otros talleres, son de 1937.

En 1940 el arquitecto Juan Talavera y Heredia reformó tanto el edificio central como vestíbulos y escaleras.

Para la fabricación de cartuchos en esta fábrica, al igual que en la Fábrica de Tabacos se incorporarán mujeres desde el principio.

La Pirotecnia Militar cerró en 1966. Los locales vacíos fueron dados en 1974 al Parque y Maestranza de Artillería de Sevilla.

En 2008 fue reformada para servir como sede de la Facultad de Derecho y de la de Ciencias del Trabajo de la Universidad de Sevilla.

Hispano Aviación (HASA), fábrica española de aviones de combate ubicada en el barrio Triana, Sevilla, desarrollará su actividad entre los años 1943 y 1972.

Su historia comenzará unos años antes cuando en 1902, y tras declararse en quiebra la «Compañía General Española de Coches Automóviles Emilio de la Cuadra, Sociedad en Comandita», se funda la «J. Castro, Sociedad en Comandita, Fábrica Hispano-Suiza de Automóviles» que hereda los talleres y personal con el ingeniero suizo Marc Birkigt como director técnico. La empresa empieza a fabricar coches y motores con tecnología propia que son muy apreciados; pero el proyecto atraviesa dificultades económicas y la empresa vuelve a quebrar.

Esta vez Damià Mateu, empresario del metal y acreedor de la empresa, se hace cargo del proyecto y surge «La Hispano-Suiza, Fábrica de Automóviles, S. A.» la famosa Hispano-Suiza.

Esta vez el proyecto cuaja y la empresa se desarrolla exitosamente en el mundo de los automóviles de lujo, y se internacionaliza montando una fábrica cerca de París. En 1915 como respuesta a una sugerencia de la Casa Real en el sentido de que deberían fabricar motores de aviación. Marc Birkigt diseña y produce uno con el bloque de aleación de aluminio, que tuvo un éxito inmediato.

Tanto que en unos años sus motores pasan a fabricarse bajo licencia en Francia, Italia, Estados Unidos y Japón. Durante la Primera Guerra Mundial se fabricaron casi 50000. Se creó una moderna factoría en Guadalajara, la Hispano Guadalajara dedicada a la producción de material militar —esencialmente camiones y aeroplanos— y junto a la fábrica, que ya disponía de aeropuerto, se crea una nueva empresa la «Hispano Aircraft».

Por diferentes causas la fábrica cambió de propietario varias veces hasta el cierre definitivo de la Hispano Guadalajara en 1932 y la empresa se dividió en dos partes. La sección de motores y camiones la compró Fiat y, pasado un tiempo, sería el germen de la marca Pegaso.

La sección de aeronáutica permaneció en manos de los antiguos dueños y se mantuvo funcionando hasta la Guerra Civil. Durante esta el Comité de Trabajadores se hizo con el control de la Hispano-Suiza y trasladó la producción de aviones a Alicante donde se montaron y repararon los Polikárpov del ejército republicano. Mientras tanto, los antiguos propietarios de la fábrica, exiliados en Francia, crean un taller en Sevilla para la reparación de los aviones de los sublevados. Tras la guerra civil, en 1943, es parcialmente nacionalizada y da lugar a «La Hispano Aviación» que echa a andar en Sevilla con antiguo personal de Guadalajara.

Modelo Hispano Aviación 200 «Saeta».

Como primer gran trabajo se le encargó la construcción de 200 cazas Messerschmitt Bf 109 bajo licencia. Por las circunstancias históricas de la época los 200 aviones encargados se fabricaron de dos modelos distintos: 65 del HA-1109 J-1L —con motor Hispano-Suiza— y 172 del HA 1112 M1L ‘Buchón’ —Hispano Aviación 1112— que montaba el famoso motor Rolls Royce Merlin —el mismo que usaba el Supermarine Spitfire—. En 1947, fabricó los aviones de entrenamiento HA-43 para el ejército del aire. Posteriormente Hispano Aviación firmó, en 1951, un acuerdo con el profesor Willy Messerschmitt por el cual desarrollaría dos entrenadores y posteriormente un reactor bisónico de ala en delta. Los prototipos se denominaron HA-100 ‘Triana’, HA-200 ‘Saeta’ y HA-300. El segundo proyecto, el HA-200 ‘Saeta’, fue el primer reactor construido en España, en la fábrica de Triana, Sevilla, y voló por primera vez el 12 de agosto de 1955, tomando el ‘Saeta’ como base y transformándolos en monoplazas, se diseñaron el HA-57 y el avión de combate táctico HA-60, y aviones multiplaza derivados del ‘Saeta’, los HA-230, HA-231 y HA-56 . También se diseñó un cuatrimotor de carga, el HA-400. En 1967, se diseñó un aparato ligero de ataque a suelo, cuyas líneas, son predecesoras del A-10 Thunderbolt norteamericano, el HA-500 ‘Alacrán’.1​ En 1970 se diseñó una variante de apoyo táctico, fue el HA-220 ‘Super Saeta’. En 1971 fue absorbida por CASA.

Construcciones Aeronáuticas S.A. (CASA) es una empresa aeronáutica española. Creada en 1923, en 1971 absorbió a la compañía Hispano Aviación, S.A., lo que la convirtió en la primera compañía española en el sector aeroespacial. En 1999 CASA se incorporó al grupo aeronáutico europeo EADS, actual Airbus Group, y pasó a llamarse EADS CASA, dentro de la cual se estructuró en cuatro divisiones: Aviones de Transporte Militar, Airbus, Defensa y Espacio. En la actualidad la empresa sigue existiendo con el nombre Airbus Defence and Space S.A.U., filial al 100% de Airbus Group dentro de su división Airbus Defence and Space. En 1940 se puso en marcha la Factoría de Sevilla, comenzando la fabricación de una serie de 200 aviones derivados del Heinkel 111, denominados CASA 2.111 y bajo licencia alemana.

La Empresa Nacional Santa Bárbara de Industrias Militares (ENSB) se hizo cargo de la fábrica de armas de Sevilla y de la Pirotecnia también ubicada en la misma capital. Estas fábricas, pertenecientes al Ministerio del Ejército, padecían problemas administrativos, económicos, técnicos y financieros que lastraban su funcionamiento. La fábrica se cerró en 1991, y la Pirotecnia en 1966 como ya se ha indicado antes. En 1981 CETME se convirtió en una sociedad anónima dependiente del INI, con capital social y personalidad jurídica propia. Esta organización tenía como propósito desarrollar y mejorar armamento ligero, municiones, equipos para torretas y armado de vehículos, sistemas de armas electrónicas, pólvora, artificios, explosivos, fábricas y Azulejo en la fachada de la antigua fábrica y procesos de industrialización para los prototipos. El arma más extendida creada por esta organización fue el fusil de asalto CETME 7.62. CETME y Santa Bárbara se fusionaron en 1984. En los años 70 el taller de montaje de blindados de la Real Fábrica de Artillería de Sevilla se situó en la zona de Las Canteras de Caballería del municipio de Alcalá de Guadaíra, donde había un campamento militar. En los años 70 fabricó el vehículo de combate AMX-30, con licencia de la empresa francesa GIAT. Estos AMX-30 fyueron modernizados en el Proyecto Lince, de entre finales de los años 80 y principios de los 90. En 1993 se creó la división Santa Bárbara Blindados para la fabricación de carros de combate y la modernización de algunos modelos, como el M60, que fue diseñado para el Ejército de los Estados Unidos en 1960 con el nombre de Patton.

Bibliografía

Este documento recoge parte de su información de ¨La Historia Militar de Sevilla¨ del Instituto de Historia y Cultura Militar Centro de Historia y Cultura Militar Sur Biblioteca Histórico Militar de Sevilla.

El apartado de la Hispano Aviación se basa en el artículo que Wikipedia tiene editado sobre la historia de esta industria.

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