En la Plaza de la Magdalena de Sevilla y en su lateral este, se están remodelando dos edificios para su transformación en un hotel de cinco estrellas súper lujo.
En este artículo nos centramos en el que fuera la antigua sede del banco BBVA. Posee tres fachadas que se orientan, la principal a calle Rioja, la lateral a la Plaza de la Encarnación y la trasera a calle José de Velilla.
Este inmueble fue construido a finales de los años cincuenta del pasado siglo, no tiene un especial valor arquitectónico por lo que se mantiene su estructura que se adaptará a su nuevo uso y cambia su imagen exterior homogenizándola con el edificio colindante con el que conforman este nuevo hotel, que acogerán 89 habitaciones de lujo, de las que 12 serán suites.
La estrechez de la calle José de Velilla, el requerimiento de urbanismo de dejar el máximo espacio en el acerado de la Plaza de la Magdalena y la mínima ocupación en el cajón de obras que se sitúa en la calle Rioja donde se disponen cubas de escombros que han de ser intercambiadas, nos lleva a diseñar un andamio que parte con pie estrecho en las tres fachadas del edificio.
Dejaremos libre el acceso al edificio por sus puertas de entrada principal y trasera y protegeremos su perímetro con una visera que se adapta al andamio en su primer cuerpo una vez superado el pie estrecho, se realiza un cerramiento en su base y por último una doble malla cubre el perímetro del inmueble evitando que caigan fragmentos durante los trabajos de la rehabilitación que se llevarán a cabo en sus fachadas.
La plaza de la Magdalena se encuentra ubicada en el distrito «Casco Antiguo» de Sevilla, cerca de la Plaza Nueva, la Campana o el Museo.
Convergen en ella las calles O’Donell, José de Velilla, Rioja, Méndez Núñez, San Pablo, Pedro de Campaña y Murillo.
Nos trasladamos a la Sevilla de 1810, estamos en plena Guerra de la Independencia, el 23 de enero la Junta Suprema Central de la ciudad se traslada a Isla León en San Fernando (Cádiz), dejando a los residentes a su suerte. El 1 de febrero entrarán en la ciudad las tropas francesas después de acordadas una capitulaciones para evitar el derramamiento de sangre, estas serán derogadas rápidamente. Al frente el mariscal Claude-Victor Perrin y el propio José Bonaparte.
Goyeneta fue nombrado corregidor de Sevilla por José Bonaparte de 1810 a 1812. Bajo su mandato y siguiendo los planes urbanísticos del francés Mayer se demolió el convento de la Encarnación para construir un mercado de abastos. En 1811 se derriba la iglesia parroquial de la Magdalena, (en su interior estaba enterrado Martínez Montañés y sus restos quedarán sepultados en el derribo), se traslada la parroquia a la iglesia del convento de San Pablo, y también se derribará la iglesia parroquial de Santa Cruz (lugar donde descansaban los restos de nuestro insigne pintor Bartolomé Esteban Murillo y que desaparecerán tras el derrumbe del templo), trasladándose la parroquia a la iglesia del convento del Espíritu Santo, en el lugar que ocupaban estas iglesias se construyeron sendas plazas.
Sevilla terminará siendo gobernada por el mariscal Jean de Dieu Soult, que tras abandonar sus intentos de tomar Cádiz, establece su cuartel general en Sevilla, en el palacio arzobispal, dedicándose a dirigir la ciudad y al saqueo de obras de arte (parte de ellas se muestran hoy en día en el museo del Louvre de París).
España lanza una ofensiva en julio de 1812 con la ayuda de británicos y portugueses. En Castilleja de la Cuesta tendría lugar el primer enfrentamiento que se salda con victoria hispana. El próximo objetivo sería la entrada a la ciudad por el antiguo puente de barcas de Triana. El Mariscal Soult refuerza sus tropas en el Altozano ya que si atravesaran el puente serían derrotados. Tras dos intentos fallidos, los aliados sufrieron muchas pérdidas y a la tercera consiguieron tomar el puente y derrotar al ejército francés. Tras la batalla, los franceses se repliegan hasta Granada y posteriormente a Murcia. Esta derrota francesa en el Puente de Triana sería un preludio del fracaso de Napoleón en sus campañas de España y Rusia y el fin del Imperio Francés.
Pero volvamos a la Plaza de la Magdalena.
En el primer plano de Sevilla de Olavide de 1771 podemos observar la primitiva iglesia de la Magdalena en su emplazamiento original.
Tras la huida de los franceses, las autoridades de la ciudad deciden levantar nuevamente el templo, cuyas obras comienzan en 1817, pero parte de la población clama porque se detengan y mantenga la plaza, esta petición triunfa y las obras paralizan procediendo a la demolición de lo ejecutado en 1842.
Dos años más tarde se inaugura la actual plaza, que se convierte en uno de los paseos más elegantes de la ciudad.
Para su inauguración se dispone el único elemento de esta plaza que ha llegado a nuestros días. Una fuente que se sitúa centrada en la misma y que se compone de piezas de distintos estilos. Se cree que el pedestal de tritones y la taza son parte de la antigua fuente de Neptuno y las Ninfas que se situaba en la Alameda de Hércules, en el pedestal también se incrustará la fecha de su instalación de 1844, el escudo de NO8DO y la corona real pues se instala en época de Isabel II, se culmina con una bella imagen que representa a la musa Caliope procedente del Museo de Bellas Artes de Sevilla.
En un principio ya se llamó plaza de la Magdalena, que era el nombre que recibía una pequeña placita que estaba delante de la antigua iglesia. Pero tuvo otros muchos nombres; así, en 1841 se llamó «De la Libertad», en 1869 «Plaza del Pacífico», en 1928 «Plaza del Cristo del Calvario», en 1931 otra vez «del Pacífico», en 1936 «del General Franco», y finalmente en 1980 vuelve a ser la plaza de la Magdalena, nombre por el que siempre se le había conocido a pesar de tanto cambio.
Plano de la ciudad de Sevilla de 1848 en el que aparece como Plaza de la Magdalena
Plano de la ciudad de Sevilla de 1870 en el que aparece como Plaza del Pacífico
Plano de la ciudad de Sevilla de 1910 en el que aparece como Plaza del Pacífico y se aprecia el trazado del tranvía por la ciudad.
En esta plaza se ubicarán dos importantes hoteles de la ciudad, el Gran Hotel Madrid y el Gran Hotel París.
Abrirá sus puestas en los primeros decenios del siglo XIX como ¨Fonda Madrid¨, pues de esta forma se definían los lugares de hospedaje en aquella época, fue hasta su cierre el hotel decano de Sevilla, se situaba en la manzana que comprendía las calles Méndez Núñez, Ciriaco Pacheco, San Pablo y Moratín, ocupando la antigua casa palacio de los condes de Gelves. Fue un establecimiento pionero en el sector hotelero de la ciudad que disponía de doscientas habitaciones y sala de baños. En el se hospedaban las clases altas y burguesas, se entablarán tertulias deportivas y taurinas, acogerá a los equipos de futbol que se enfrentaban con el Betis y el Sevilla e incluso a la selección nacional cuando jugaba con equipos extranjeros, también se celebrarán fiestas e importantes acontecimientos.
Decorado con una rica ornamentación en la que se incluía cerámicas y azulejos del siglo XVIII y XIX, bellas forjas, suelos de mármol, maderas nobles y deslumbrantes yeserías en sus paramentos.
Tenía varias escaleras que comunicaban la planta baja con la principal, todas ellas se distribuían mediante galerías, vestíbulos y patios. Destacaba la escalera principal que se enmarcaba entre arcos con molduras, yeserías y se acompañaba con una bella balaustrada.
El comedor principal estaba decorado con zócalo de azulejos del siglo XVIII, yeserías en sus paredes y un formidable artesonado de madera, que daba al patio principal y sus galerías mediante arcos.
Poseía un total de cinco patios, de los que el gran patio central estaba rodeado por columnas con cerramientos de cristaleras y abundante vegetación, lo que aportaba una gran iluminación al establecimiento.
A finales de 1967 el Hotel Madrid cerró sus puertas, su clausura no se debió a la ruina del negocio ni del edificio, sino a la especulación inmobiliaria, siendo derribado en 1971.
No hay muchas referencias sobre este hotel aunque sí es sabido que mantenía cierta competencia con el Hotel Madrid. En él se hospedaban personajes relacionados con las letras y el espectáculo.
Tras su cierre se conserva su fachada original pero el edificio pasa a formar parte de las sedes sindicales y del movimiento tras la guerra civil española. Sería demolido en 1950.
Situada en el nº 2 de la calle Murillo fue mandada construir por el marqués de Parada a finales del siglo XVIII, pasó posteriormente a propiedad de José Luís Robledo. Su interior estaba decorado con una sala tipo Luis XV, azulejería de Triana del siglo XVIII, mármoles de Carrara, ricas yeserías y artesonados de maderas nobles. En su fachada se colocó la placa en la que se recordaba que en aquel lugar se situaba la iglesia de la Magdalena conde estuvieron sepultados los restos del imaginero sevillano Martínez Montañés. Dicha placa fue trasladará tras su derribo, al edificio comercial que ocupara el espacio del Gran Hotel París.
A la derecha de la casa Robledo se encontraba el Callejón de los Pobres, dos edificios más allá, un palacio construido probablemente en el siglo XVIII que se convertiría en la sede de la Compañía Telefónica en la segunda década del siglo XX y que sería demolido en 1970.
Este sería el primer edificio demolido de los que componía esta bella plaza, su derribo se llevará a cabo en 1937. Su lugar lo ocupará una construcción de estilo racionalista que levantó gran polémica en la ciudad.
Situada en el extremo oeste de la plaza haciendo esquina con la calle Murillo este palacio de mitad del siglo XIX pertenecía a la familia Conde Luque, pasará a manos de González Abreu y posteriormente a Sánchez Dalp y Marañón, marqués de Aracena. Pese a su buen estado de conservación será demolido en 1966.
A la izquierda de este palacio se vislumbra el edificio construido por Rafael Arévalo Carrasco y Gabriel Lupiáñez Gely entre 1938 y 1940 para Manuel Marcos como casa de alquiler y locales comerciales, que será conocido popularmente como ¨Cabo Persianas¨, es uno de los pocos ejemplos de arquitectura racionalista de la ciudad.
Una vez construido, se levantó una notable polémica por su lenguaje racionalista e innovador por aquellos entonces, llegándose a decretar su derribo en 1940 por el Ayuntamiento de Sevilla, pero el arquitecto municipal, Juan Talavera y Heredia, se opuso al mismo y consiguió que se paralizase dicha demolicón.
A mediados del siglo XX, se producirá un atentado urbanístico en el centro urbano de Sevilla en el que la ciudad perderá más de 500 edificios históricos y trasformarán completamente plazas como La Magdalena, El Duque, La Encarnación o la calle Imagen que con su ensanche echará abajo los edificios de ambos márgenes.
Innumerables palacios y edificios que comprenden desde el siglo XVI a los construidos en el primer tercio del siglo XX en arquitectura modernista como el Café París de Aníbal González o de arquitectura regionalista como los tres edificios de la Avenida de la constitución de Aníbal González, José Espiau y Antonio Gómez Millán pasarán por la piqueta, estos últimos para la construcción de la sede central del Banco Urquijo, con una existencia inferior a los 40 años.
Todo esto se hizo para dar toques de modernidad a una ciudad legendaria con un patrimonio urbanístico forjado durante siglos. Si bien se puede entender los ensanches que sufrió la ciudad a principio de siglo XX, no es admisible que la codicia y la especulación nos hicieran perder gran parte de nuestro patrimonio a través de atentados urbanísticos auspiciados por representantes municipales como el alcalde José Hernández Díaz, paradójicamente catedrático de historia del arte, que en los años 60 fue el precursor del uso de la piqueta para trasformar Sevilla, cambiando palacios por edificios impersonales que no aportan nada al casco antiguo de nuestra ciudad.
Demolido en 1937, sería la primera agresión que sufre esta plaza, en su lugar se edificará el edificio que popularmente se conoce por ¨Cabo Persianas¨, construcción de estilo racionalista, levantó gran polémica en la ciudad.
Demolido a mitad de los años 50, en su lugar se levantará una construcción que perteneció a los almacenes comerciales de ¨Galerías Preciados¨, que posteriormente pasará a manos de ¨El Corte Inglés¨ y en la actualidad se está transformando en un hotel de 5 estrellas Gran Lujo.
Pese a su buen estado de conservación será demolido en 1966 y en su lugar se construirá un rancio edificio que no aportará nada a esta céntrica plaza del casco histórico de Sevilla.
A finales de 1967 cerrará sus puertas el Hotel Madrid, siendo demolido en 1971, en su solar se construirá el segundo de los centros comerciales que la firma ¨Galerias Preciados ¨ tendría en esta plaza, posteriormente pasará a manos de ¨El Corte Inglés¨. Este hotel pudo seguir existiendo como tal o tener cualquier uso de tipo público, pero la especulación desmesurada de aquella época nos hizo perder uno de los edificios más icónicos de esta plaza, considerada como una de las más elegantes de la ciudad.
Su demolición se producirá en 1978, con este palacio desaparecerá el popularmente conocido como ¨Callejón de los Pobres¨ y los tres edificios anexos de los siglos XVIII y XIX, dando lugar al actual ¨Pasaje de Josefa Reina Puerto¨con una zona ajardinada y a un conjunto de edificios de oficinas.
Derribadas a finales de los años 70 del siglo XX, su construcción parece ser del siglo XIX, en la esquina del edificio bajo Tintorería Larios,S.A. vemos rotulada la ¨Plaza del General Franco¨ inscripción que permanecería desde 1936 hasta 1980, año en el que recuperará definitivamente su nombre original ¨PLAZA DE LA MAGDALENA¨.
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