Proyectos

Rehabilitación de la espadaña del convento de la Encarnación de Sevilla

Todos los años el 15 de agosto día de la Virgen de los Reyes, patrona de Sevilla, se une al repicar de las campanas de la Giralda, las que se disponen en la espadaña del convento de la Encarnación situado frente a la Catedral en la Plaza del Triunfo.

Será sobre este campanario donde intervengamos en esta ocasión montando un andamio que cubra su cara delantera y trasera y permita el paso y trabajo en los laterales del mismo.

Esta espadaña que se construye junto a la cúpula de la iglesia a finales del siglo XIX se sitúa sobre la cubierta del templo. Su cara delantera parte de la azotea, la trasera de una plataforma metálica elevada a la que se accede por una estrecha escalera.

El primer inconveniente que nos encontramos está en la subida de los materiales al lugar de replanteo, habrá que subirlos desde el patio del convento a la cubierta superior y portarlos al lugar del montaje atravesando una estrecha puerta.

Comenzamos por la cara exterior, libramos unos balcones de planta semicircular que se disponen en los huecos de las campanas inferiores y un muro lateral adosado que no permite envolver el lateral. Utilizaremos unos soportes del sistema que nos van a permitir volar al exterior dejando la distancia suficiente para realizar el paso entre las caras del andamio. En la zona trasera partiremos de un andamio centrado en la plataforma metálica volando a los dos extremos con el mismo tipo de soporte.

En ambas caras de la estructura mantendremos una distancia adecuada a los módulos y dispondremos de ménsulas que reciban las plataformas y nos facilite colocar barandillas y rodapié.

Nos iremos adaptando a la silueta decreciente del segundo cuerpo, taparemos los huecos entre pináculos y crearemos una amplia plataforma que permita acceder al arco de coronación y a la cruz-veleta que la remata.

Por último una malla cubre el perímetro protegiendo de posibles caidas de objetos.

Plano del montaje del andamio para la rehabilitación de la espadaña del Convento de la Encarnación de Sevilla.

Fotos del montaje del andamio para la rehabilitación de la espadaña del Convento de la Encarnación de Sevilla.

Convento de la Encarnación de Sevilla.

Perteneciente a la congregación de las monjas agustinas ermitañas, fue fundado en 1591 por Juan de la Barea en la Plaza de la Encarnación, a la que daba nombre.

Cambiará de emplazamiento en los años de la ocupación francesa durante la guerra de la independencia, Joaquín Goyeneta y Jacobs fue nombrado corregidor de Sevilla por José Bonaparte de 1810 a 1812. Bajo su mandato y siguiendo los planes urbanísticos del francés Mayer se demolió el convento de la Encarnación para construir un mercado de abastos.

Las monjas de esta congregación se mudarán en principio al Convento de los Terceros, al haber sido exclaustrado. En 1819 se trasladarán definitivamente a su actual sede tras recibir la donación del Hospital de Santa Marta y dos casas colindantes.

Se ampliará en el siglo XIX con nuevas dependencias y a la iglesia se le añade los coros alto y bajo, una cúpula con linterna, la espadaña de dos cuerpos y se abre una puerta al exterior de la plaza.

Curiosidades

En la fachada podemos contemplar un magnífico retablo cerámico de la Virgen de los Reyes realizado por Antonio Kiernam Flores de 1928, uno de los mejores ceramistas del siglo XX.

Destacar dos ventanas realizadas con ladrillo y decoradas con arcos polilobulados que se dispone en el extremo haciendo esquina con la calle Mateos Gago, dichas ventanas pertenecieron a la desaparecida Mezquita de los Osos, que no sería más que un oratorio situado frente a la gran Mezquita Aljama construida en época almohade y que ocupaba la planta de la Catedral.

En esta zona y mediante un estrecho pasadizo con requiebros accedemos a la Plaza de Santa Marta, cuya fachada lateral pertenece al convento. Destacar el silencio, el ambiente íntimo y embriagador de esta pequeña plaza, cubierta por cuatro naranjos de gran porte y que preside una cruz proyectada por Hernán Ruiz II y realizada por Diego Alcaraz en 1564 para el Hospital de San Lázaro. Esta cruz fue trasladada a su actual emplazamiento a principios del siglo XX como parte de la remodelación que se llevaría a cabo en el Barrio de Santa Cruz con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929.

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