El día 1 de agosto de 1888 a las tres y media de la tarde se derrumba un pilar del lado suroeste del centro (Epístola) y arrastra en su caída las cuatro semibóvedas que sobre el descansan y el murete sur del crucero.
En 1881 y tras las advertencias del estado de precariedad en a que se encontraba la catedral de Sevilla, el ministerio de fomento comienza una serie de estudios e intervenciones en la misma.
En el presente documento se hace una descripción de dicha intervención ilustrada por las fotografías que se recogieron de dicho suceso y los planos que el arquitecto Adolfo Fernández Casanova realiza para justificar las intervenciones.
