En el centro histórico de Chiclana de la Frontera se va a rehabilitar un antiguo edificio, el estado precario de sus forjados y cubiertas obligan a la demolición interior de los mismos, teniendo que respetarse su aspecto exterior. La conservación de las fachadas en esquina de este inmueble con una dimensiones de 17.93m en c/ Vega, 22.30m en c/Alameda del Rio y una altura que varía entre 12 y 13m.
El cliente nos requiere evitar la ocupación de calzadas y acerados, lo que nos lleva a diseñar una estructura para la estabilización interior de la fachada con tres niveles de correas de atado interior-exterior a modo sándwich mediante vigas Soldier y varillas Dywidag abrazando las fachadas del edificio. Dichos niveles de correas se atarán en escuadra entre fachadas y a muros medianeros mediante jabalcones realizados igualmente con vigas Soldier en cuyos extremos se disponen gatos regulables como elemento de fijación.
Con esta estructura hemos sustituido la función de los forjados del edificio lo que permitirá una nueva distribución de los espacios de acorde con las necesidades actuales de habitabilidad.
Existen razones para que el arquitecto, el constructor o el municipio deseen conservar las fachadas de edificios manteniendo su aspecto exterior, mientras que la estructura interna se derriba y sustituye parcial o completamente.
Una de las prescripciones legislativas más importantes es la protección reglamentaria de edificios de importancia arquitectónica o histórica.
La conservación de fachadas es un medio popular para satisfacer las necesidades de desarrollo ofreciendo al propietario del inmueble una estructura interna más apropiada a las necesidades de los nuevos usuarios sin desentonar del entorno urbano en que se encuentre ubicado el edificio.
Estas fachadas son en su mayoría muros de carga exteriores resistentes, que aguantan empujes verticales de los forjados y los laterales del viento. Igualmente, los forjados del inmueble sirven para transmitir las fuerzas procedentes del viento ejercidas en la fachada, a vigas, pilares, muros de carga y secciones arriostradas a través del edificio.
Cuando la estructura existente se elimina parcial o totalmente, la fachada se tendrá que sostener temporalmente hasta que quede unida a la nueva estructura. Esta necesidad es la que cubre el estabilizador de fachada, pudiendo ser externo o interno al edificio o una combinación de ambos.
Las estructuras de estabilización de fachadas no son un sistema de andamio, siendo sus funciones fundamentales el mantenimiento de la verticalidad y la estabilización de fachadas frente a empujes horizontales del viento. Su misión es soportar cargas y no sirve como plataformas de trabajo.
La estructura de estabilización está diseñada para resistir los esfuerzos horizontales provocados por el viento y el desplome previsto de la fachada pero, en ningún caso está diseñada para soportar el peso propio de las fachadas, lo que constituiría un apeo vertical, ni la posible disgregación del material del que están compuestas.
En el caso de que se tenga pensado excavar por debajo de la cimentación de la fachada, estas excavaciones deben hacerse por bataches a tramos, y recalzando también a tramos para evitar el desplome y derribo de la fachada que podría arrastrar incluso a la estructura del estabilizador.
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