En marzo de 2024 se realiza el desmontaje del andamio de la cara norte de la Giralda de Sevilla, tras siete años, se concluye la restauración de sus cuatro caras que comprende a dos tramos de la Giralda y las Azucenas con sus respectivos soportes.
El primer tramo lo comprende el alminar almohade de la mezquita (que mandara construir en el siglo XII el califa Abu Yaacub Yúsuf, que gobernó entre 1163 y 1184 y su hijo Yúsuf al-Mansur que gobernó entre 1184 y 1199). La construcción del alminar debió comenzar en otoño de 1184, y las obras fueron dirigidas por Ahmad Ben Baso. El segundo tramo corresponde el cuerpo de campanas (que en su interior alberga el remate del alminar) y las cuatro azucenas construido en el siglo XVI por Hernán Ruiz el Joven.
El cuerpo principal de la Giralda presenta una base cuadrada de 13.50m de lado. Hasta la cota 50.85m corresponde al alminar de la mezquita, desde esta altura hasta la cota 60.45m, pertenece al cuerpo de campana y de aquí hasta la cota 65.40, al remate de las Azucenas que se disponen en los cuatro extremos.
En 2017 se comienzan las obras de restauración de la cara oeste, que parte de las cubiertas de las naves del antiguo sahn o patio porticado que daba acceso a la mezquita.
En 2018 se acomete la cara sur, que uno de sus tramos parte de la Puerta de Palos para continuar desde la cubierta de la catedral.
En 2019 se restaura la cara este, que da a la Plaza Virgen de los Reyes y que parte en toda su longitud de la base de la torre.
En 2020 se paralizan las obras por la pandemia y no se acometerán hasta 2023.
En 2023 se interviene en la cara norte o cara sombría de la Giralda, da a la calle Placentines y será la que peor estado de conservación presente.
La restauración de las Azucenas se comente en la primera y tercera fase, caras oeste y este. En estas caras el andamio se eleva hasta la cota de 66.50m.
Durante la restauración de la primera y segunda fase apercibimos que la giralda no está aplomada, sino que presenta desviaciones, si el andamio que montábamos que tenía 14m de longitud y superaba 25cms cada extremo de la cara, a medida que ascendíamos necesitábamos colocar ménsulas laterales en uno de sus extremos.
Posteriormente nos confirman que la giralda presenta un doble desplome en su cara este de hacia su cara sur y en su cara norte hacia el este.
En las caras este y norte, previo al inicio del montaje, lanzaremos una plomada desde el eje del cuerpo de campanas que nos indique el eje para el replanteo del andamio. De esta forma corregíamos el desvío desde la base y evitábamos el uso de ménsulas laterales que rompían la verticalidad de la estructura.
Hemos tenido que librar los balcones que se disponen en el centro de la fachada y que presentan diferentes alturas en cada cara, adaptándose a las rampas de acceso al campanario. En estas zonas las balaustradas y los entrantes de los arcos han condicionado el montaje del andamio, teniendo que utilizar ménsulas que se adaptaran a los huecos.
El acceso a los distintos niveles del andamio se realiza mediante escaleras de zancas adosadas al andamio que permite una subida cómoda pese a la altura que se alcanza.
Por otra parte, esta intervención ha servido para descubrir la primitiva Giralda, ha aparecido el color almagra que revestía la antigua torre, la policromía que cubrían sus esculturas y los restos del programa iconográfico que, en el siglo XVI el canónigo Francisco Pacheco diseñó para la torre y que Luis de Vargas realizara entre 1553 y 1558.
También se han descubierto los mechinales de donde partían los andamios de madera que se utilizaron durante su construcción y posteriores intervenciones de mantenimiento. Seria curioso haber visto montados esos andamios.
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