En la Plaza Cristo de la Pasión esquina con la Calle Córdoba de Sevilla se encuentra la Casa Rectoral de la Iglesia del Salvador, la restauración de sus fachadas nos lleva a montar un andamio un tanto especial para evitar la ocupación de espacio en la planta baja, en la que se disponen múltiples locales comerciales.
Para la ejecución de este trabajo los comerciantes afectados pusieron la condición de que ningún elemento del andamio se dispusiera en los frentes de sus negocios. Se podían barajar varias soluciones, como descolgar el andamio desde la cubierta pero al ser esta de teja no es viable, otra sería volar el andamio desde torres apuntaladas en los forjados interiores pero esta dejaría abiertos los huecos de ventanas de una zona reservada del edificio, ya solo nos queda buscar una solución singular, el andamio habría que suspenderlo de la fachada.
No es la primera vez que utilizamos esta práctica, cuando trabajas en una ciudad con el mayor casco antiguo de Europa, con calles estrechas y acerados prácticamente inexistentes, con circulación peatonal e incluso de pequeños camiones que proveen a los comercios o los servicios de urgencias, sanitarias o bomberos, tienes que desarrollar soluciones adaptadas a todas las necesidades y emplazamientos, por muy difícil que esto sea, no se puede cortar una vía pública por la colocación de un andamio para la rehabilitación de una fachada.
No es una sola técnica la que aplicamos, dependerá de la ubicación, de la dimensión del andamio y de las posibilidades que nos ofrezca cada obra.
Antes de comenzar los trabajos de montaje se nos indican zonas en las que se han localizado restos de esgrafiados de la fachada original del edificio, deberemos evitar anclar el andamio en estos espacios para recuperar la decoración original que aún se conserva tras los sucesivos revestimientos de pintura que los han ido cubriendo a lo largo del tiempo.
En nuestro boletín de Marzo de 2017, en el artículo «Se implanta el uso de los andamios volados o suspendidos de las fachadas» analizamos un ejemplo y mostramos varios más que se han realizado sobre esa época.
En nuestro boletín de Octubre de 2017, en el artículo «Andamio volado para la protección de tejeros durante los trabajos en cubiertas de la Iglesia del Salvador de Sevilla» ya trabajámos en esta plaza y en otra zona de esta iglesia con las mismas exigencias, quizás un trabajo de más entidad por sus dimensiones.
Plano del montaje del andamio para la rehabilitación de fachadas en los centros históricos de las ciudades
Fotos del montaje del andamio para la rehabilitación de fachadas en los centros históricos de las ciudades
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Recuperamos el contenido histórico de la publicación de octubre de 2017
Plaza del Pan o de Jesús de la Pasión de Sevilla
En el siglo I a.c. Julio César fundará la colonia ¨Julia Rómula Hispalis¨ que se asentará sobre la antigua población nativa de Ispal cuyo origen se remonta a la época de los Tartesos. Tendremos que ir a esta Híspalis para encontrar el origen de este singular espacio. En las ciudades de Roma, las calles se planificaban orientadas a los cuatro puntos cardinales, las situadas de norte a sur se denominaban cardus (cardo) y las de este a oeste decumanus (decumano), las calles principales serían el cardus maximus que en la Sevilla actual se situaría entre la Iglesia de Santa Catalina y la C/Abades y el decadomus máximus entre la Iglesia de San Esteban en la c/Águilas y la actual Plaza del Salvador), en el encuentro de ambas se situaba una gran plaza que comprendía el foro con sus templos, termas, edificios públicos y el mercado.
Plano de la Híspalis romana en la época republicana- J.M.Campos
En lo que es actualmente la plaza de la Alfalfa y sus alrededores se ubicaba el Foro, debajo de este y en dirección al rio se situaba el mercado en lo que es hoy la Plaza Jesús de la Pasión, más conocida como la Plaza del Pan. Actualmente encontramos vestigios de aquel pasado en el Templo de la calle Mármoles del que se conservan tres columnas de casi 9m de altura elaboradas en granito egipcio que se asientan en basas de mármol local y se encuentran situadas en su posición original 4.5m por debajo de la altura actual de la calle.
Dos columnas más de este templo se trasladarán en 1574 a la Alameda de Hércules que hoy en día lucen con bellos capiteles sobre los que se sitúan las esculturas de los fundadores de Sevilla: Hércules y Julio César.
La sexta que componía el pórtico se rompería en su traslado al Alcázar que se llevaría a cabo por orden de Pedro I en el siglo XIV y cuyos restos quedarían esparcidos en la Plaza Virgen de los Reyes. Se conservan tres tramos del acueducto de los Caños de Carmona que se construiría entre Alcalá de Guadaira y Sevilla y llegaba a la ciudad a la altura de la Puerta de Carmona (de ahí su nombre) y se erigiría entre los años 68 y 65 a.c. siendo cuestor de Híspalis Julio César.
También en esta época se construiría la muralla que rodearía a la ciudad sustituyendo la empalizada existente, de aquella muralla solo se encuentran restos en el Alcázar de Sevilla.
Vestigios de esta época aparecerán en muchas excavaciones llevadas a cabo en la ciudad, en especial en el Antiquarium, un museo situado bajo el Mercado de la Encarnación y en el que localizamos huellas de numerosas casas romanas.
También encontraremos capiteles de esta época en las columnas que soportan los arcos del patio de abluciones de la que fuera la primera mezquita aljama de la ciudad.
En la Isbilia musulmana se instalará en esta plaza el Zoco al abrigo de la mezquita aljama Ibn Addabas que se construirá entre los años 829 y 830 y de la que ha llegado a nuestros días algunos arcos del patio de Abluciones, la base del alminar y restos de la cimentación que se exponen en los sótanos de la Iglesia del Salvador.
Tras la conquista cristiana 1248, esta zona seguiría cumpliendo con la misma función si bien la mezquita pasa a ser templo cristiano hasta 1669, año en la que se derribará para levantar en su lugar la actual Iglesia del Salvador, construida por Leonardo de Figueroa.
Desde el siglo XVI se tiene constancia de que en este emplazamiento existía una plaza porticada soportada por columnas y en cuyas galerías se ubicaban numerosas tiendas en las que se podían abastecer de todo tipo de artículos.
Planos de Pablo de Olavide de 1.771
En la actualidad solo queda porticado el lateral que da a la trasera de la iglesia si bien estos pórticos se encuentras tras los escaparates de los locales existentes.
La arquitectura de los soportales
Es una de las aportaciones españolas a la arquitectura, sería llevada a Sudamérica donde encontramos su uso en muchas de sus grandes ciudades. En la arquitectura tradicional sevillana era habitual el uso de estas galerías porticadas que protegían a los viandantes de la lluvia, del frio y del calor del estío. También se utilizaría habitualmente como un lugar destinado al comercio. Será un espacio donde se mezcla lo interior con lo exterior, lo público con lo privado y donde se busca una mayor socialización entre los habitantes de esta ciudad.
Pero a principios del siglo XX y con la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929 la ciudad sufrirá una profunda transformación, muchos de los edificios del centro histórico serán derribados y reconstruido en el estilo propio de la época (arquitectura regionalista), perdiéndose la mayoría de estos soportales. Hoy en día se conservan en algunos edificios del centro histórico de Sevilla, quizás las mejores muestras las encontremos en la calle Alemanes frente a la Puerta del Perdón de la Catedral de Sevilla.
Pero en los últimos años este elemento arquitectónico se vuelve a reivindicar, tendremos un claro ejemplo en la avenida República Argentina del barrio de Los Remedios, donde sus acerados en ambos márgenes de la calle son acompañados con soportales bajo los que se instalan bares y comercios volviéndose a reclamar este espacio tan singular y propio de la capital Hispalense.