Los problemas estructurales de la parroquia del Sagrario de la catedral de Sevilla, llevaron al cierre de este templo en 2018. Durante años, una tupida red sitiada a la altura de la segunda cornisa, protegía a los feligreses y asistentes, de los desprendimientos de caliches y cascotes.
El interior del edificio presentaba un aspecto lúgubre y sombrío y dicha red ocultaba la belleza de sus bóvedas y cúpula.
A finales de 2019 se comienzan las obras, quedando paralizadas en junio de 2020 a causa de la pandemia. En 2021 se retoman y se dan por concluidas en noviembre de 2023. El 1 de diciembre se procede a su apertura con una solemne misa oficiada por el arzobispo de la archidiócesis José Ángel Saiz.
Este templo, cuyas obras se realizaron entre 1618 y 1662, ha necesitado cuatro años de trabajo para culminar una gran intervención que le ha devuelto todo su esplendor original.
En esta ocasión intervenimos sobre su retablo mayor para los trabajos de restauración que se van a llevar a cabo. Alquiansa instala un andamio un tanto singular, pues si bien, para estas intervenciones solemos utilizar el andamio multidireccional, en este caso hemos optado por el sistema de marcos Super 65-100 de nuestro proveedor Scafom-Rux.
La complejidad del montaje de andamios para la restauración de este retablo barroco, supone un desafío y queremos mostrar, una vez más las ventajas que presenta este sistema, con la ayuda de sus accesorios.
Cuando montamos un andamio para la restauración de un retablo, siempre tenemos en cuenta que nos movemos en un espacio singular, al que nos adaptamos y aproximamos sin tocar nada. El restaurador trabaja próximo la superficie a intervenir y no habrá huecos que puedan provocar accidentes o distraerlos en su labor.
Instalamos un andamio de 1m de ancho que cubre toda la longitud del retablo, en los extremos damos paso mediante ménsulas a módulos que permitan trabajar en sus laterales.
Para facilitar el acceso a los diferentes niveles de trabajo, vamos a instalar una escalera de manos libre adosada por el exterior al andamio en su cuerpo central. En sus tres primeras alturas, y como continuación al ancho de la escalera creamos espacios para almacenaje y acopio de materiales.
Utilizamos ménsulas de diferentes anchos y complementos que nos facilitan, adaptarnos a cada situación y nivel de trabajo.
También vamos a tener en cuenta la dificultad para el amarre del andamio, pues en su tramo central no hay posibilidad de realizarlos. Buscamos soluciones alternativas que permitan crear una estructura estable, sin movimiento y con un mínimo de fijaciones, ya que solo podremos realizarlas en los laterales.
Por último, disponemos tubos que permitan la colocación de una lona serigrafiada con la reproducción del retablo, camuflando de esta forma el andamio y la intervención durante el tiempo que dure la restauración.
Las posibilidades que ofrece el sistema de marcos Super 65/100 de nuestro fabricante Scafom-Rux, de medida métrica, nos facilita adaptarnos a entrantes y salientes, realizar vuelos al interior en cualquier punto del andamio, de cualquier longitud y de forma aleatoria. Permite cambiar la longitud de un módulo, librar cornisas, realizar vuelos laterales, adaptar escaleras de manos libres y un sinfín de eventualidades.
Posee un conjunto de complementos, que sin ser muchos, van a dar respuestas a todas las necesidades que podamos solicitar a un andamio. Esto conlleva un ahorro de espacio en nuestros almacenes y facilita al técnico, el diseño de estructuras en fachadas por muy complejas que parezcan.
El actual retablo mayor de la Parroquia del Sagrario de la catedral de Sevilla fue trasladado en 1840 desde el ¨Convento Casa Grande de San Francisco¨, donde estaba situado presidiendo la capilla de los Vizcaínos.
La demolición de este convento en aquel año, conllevará el traslado sus obras de arte, que quedarán esparcidas por toda la geografía hispana y el extranjero.
Su instalación en el Sagrario, obligará a realizar unas modificaciones que lo adapten a su nuevo emplazamiento.
Este retablo representa el ¨Descendimiento de Cristo de la Cruz¨, y su construcción se llevó a cabo entre los años 1665 y 1669, por los mejores artistas del barroco sevillano del momento.
En ella intervendrán Francisco Dionisio de Rivas destacado ensamblador de retablos y escultor, Pedro Roldán fue el encargado de realizar las tallas, y Valdés Leal que se hará cargo de la policromía.
El anterior retablo fue ensamblado por Jerónimo de Balbás y las tallas corrieron a cargo de Pedro Duque Cornejo, en 1712 se dará por terminado y al igual que el actual en él intervinieron los mejores artistas del momento.
En principio tuvo una gran aceptación, pero su diseño rompía con la nueva tendencia neoclásica que trae consigo la dinastía borbónica de Francia. En 1824 es derribado, conservándose hoy en día solo una escultura de San Clemente que corona el retablo actual.
Pero este retablo trascendió a su destino, sería imitado en el resto de Andalucía e incluso en las provincias americanas. Inspirado en él se desarrollará en Méjico la arquitectura ultrabarroca desde mediados del siglo XVIII.
Ceán Bermúdez, realizará una detallada descripción del retablo destruido, Se adjunta la trascripción. En este texto se ha respetado la puntuación de la edición de 1804.
Llega el retablo hasta el arco toral y ocupa todo el fondo del presbiterio, que ostenta 80 pies de alto, 40 de ancho y 30 de hueco, todo revestido de pino. Rodea este inmenso recinto un zócalo de jaspe, que tiene de alto vara y media: sobre él se levanta un basamento de madera con pedestales resaltados. Encima de ellos se elevan quatro grandes estípites, ó lo que son, haciendo de columnas, y sobre el basamento pilastras llenas de ángeles en actitudes de travesear. Sigue lo que quiere ser cornisa, rota é interrumpida por mil partes, con entradas y salidas tortuosas; y remata con un cascaron que cubre todo el presbiterio. Sobre la extendida mesa de altar, que está aislada, descansa un tabernáculo de dos cuerpos con infinitas columnas, que no pertenecen á ningun orden de arquitectura. Detras hay un gran arco grande, que da comunicación al trasagrario con una ventana al frente: encima de este arco está otro con dos columnas á los lados, y en el centro la estatua de san Clemente, titular de esta capilla, arrodillada sobre un trono de nubes, vestida de pontifical y sostenida por ángeles mancebos. Mas arriba hay otro nicho, que rompe la cornisa principal, y en él la estatua colosal de nuestra señora de la Concepción sobre trono de ángeles. Entre los dos intercolumnios laterales se descubren dos puertas adornadas con cendales y otros ornatos extraños, que dan comunicación á la sacristia y a otra píeza que está enfrente, y sobre ellas dos nichos con las estatuas de san Juan Bautista y san Juan Evangelista, que tienen por remate los escudos de armas del señor Arias, arzobispo de la diócesis, que dicen contribuyó con limosnas para esta obra. Á la entrada del presbiterio, á la de las puertas laterales y a los lados del altar se presentan unas ocho ó mas estatuas alegóricas, colocadas sobre repisas: otras quatro, también en repisas, sobre el basamento, que representan á san Pedro, san Pablo, santa Justa y santa Rufina, y otras quatro más, asimismo sobre repisas, de los santos arzobispos de esta iglesia, colocadas delante de las estípites: de manera que ninguna de ellas descansa sobre macizo. Restan otras de mancebos encima de la cornisa en actitudes violentas con torres en las manos, castillos, pozos, ciudades y otros atributos de la Virgen.
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