Alquiansa ha participado en la restauración del Pabellón Real con la instalación de andamios en todo su perímetro. Una intervención que ha durado un año, y que ha devuelto a esta joya de la arquitectura regionalista (uno de los iconos de la Exposición Iberoamericana de 1929) todo su esplendor.
En 1912 el arquitecto Aníbal González Ávarez-Ossorio concibe el proyecto de la Plaza de América que se considera desde un primer momento como el corazón de la Exposición, de planta rectangular se ubicarían en ella el Pabellón de Bellas Artes, más conocido como Pabellón Renacentista y en el que hoy en día se ubica el Museo Arqueológico. Frente a este se situará el Pabellón de la Industria y Artes decorativas, más conocido como el Pabellón Mudéjar y en el que actualmente se ubica el Museo de Artes y Costumbres Populares, por último y en uno de sus laterales se construirá el Pabellón Real de estilo gótico flamígero, en él se mostraría la colección de arte de la Casa Real y en el que actualmente se ubican dependencias municipales.
Su base presenta los cuatro brazos de una cruz griega que se elevan dos plantas y de cuyo centro se alza a modo de cimborrio un módulo de planta octogonal y lados desiguales, entre los brazos de la cruz griega se disponen unos módulos de una planta de altura y cubierta no transitable.
Los paramentos de sus fachadas se fabrican en ladrillo visto perfectamente dispuesto y se decoran con escudos y cenefas cerámicas.
Es de destacar la fachada principal de entrada al edificio coronada con un escudo real y con dos maceros cerámicos a tamaño natural sobre pedestales.
La construcción se remata con pináculos y cresterías cerámicas policromadas con los colores blanco y azul que transfiere al conjunto una gran delicadeza y finura.
Vuelvo a incidir en la belleza de los pináculos en cuya base se sitúan cabezas de dragones alados, en su cuerpo una corona y se remata con la flor de lis.
Los módulos laterales a una planta presentan frentes de arcadas soportadas por columnas salomónicas de ladrillo tallado y coronadas con capiteles cerámicos, entre dichas columnas se disponen balaustradas con los escudos de los reinos de España.
También aparecen incrustados elementos cerámicos de barro sin policromar que se ejecutan con la técnica del apretón, son de especial belleza las cenefas situadas a dos metros de altura con motivos florales y animales que recorren su perímetro.
Y sus relieves a modo de bolas con diferentes motivos y huecos relieve con elementos góticos que se fijarían mediante clavos a los paramentos dispuestos sobre las cuatro cubiertas del primer nivel.
Alquiansa comienza esta obra con el montaje de una escalera de manos libres que da acceso a la cubierta lateral izquierda que se dispone en la trasera del edificio.
A continuación montaremos el andamio que cubre el octógono central y que partirá de las cubiertas de primera planta y de las cubiertas de los brazos de la cruz.
Seguiremos con el montaje del andamio de los paramentos de los brazos de la cruz que se introducen en las cubiertas de la primera planta y a su vez se monta el frente de esta.
Por último se montará la fachada principal y dos andamios multidireccionales para la restauración de los maceros que flanquean la puerta de entrada al edificio.
Planos del montaje de andamios para la restauración del pabellón real
Fotos del montaje de andamios para la restauración del pabellón real
Los inicios de la aplicación de la técnica del ladrillo tallado en la obra de Aníbal González
En el boletín de Junio de 2017 incluíamos la restauración del Edificio Coliseo de José y Aurelio Gómez Millán (cuñados de Aníbal González) en el que se aplica magistralmente el uso de la técnica del ladrillo tallado. En aquel extenso artículo además de tratar las características del andamio, hablar del edificio en el que interveníamos también abordamos el uso de la técnica del ladrillo tallado en múltiples zonas del mismo (LA TÉCNICA DEL LADRILLO TALLADO EN LA ARQUITECTURA REGIONALISTA SEVILLANA DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX).
En este artículo surgían una serie de dudas e interrogantes que un año después, y tras preguntar a restauradores, arquitectos, profesionales que se dedican a su reposición y en muchos casos a la observación de monumentos e iglesias de Sevilla en los que intervenimos continuamente, se me han ido respondiendo.
Como comentábamos en aquel artículo esta técnica es originaria de China y es una evolución escultórica de la cerámica, se aplica y desarrolla en este país desde el siglo VII a.c.
Posteriormente sería adoptada e introducida por los selyúcidas en sus dominios de donde pasará al norte de África (dinastía turca que gobierna en Irán, Irak y Asia Menor desde mediados del siglo XI a finales del siglo XIII)
Los Almohades la aplicarán en los muros y alminares de sus mezquitas..
Cuando los almohades invaden España traerán consigo el uso de este elemento arquitectónico que emplean en edificios tan emblemáticos como la Giralda de Sevilla, que se decora con los paños de sebka en ladrillo tallado.
Pero esta técnica volverá a utilizarse sobre todo en la construcción de las iglesias de Sevilla y su entorno durante el Barroco, arquitectos tan importantes como Leonardo de Figueroa la utilizan en muchas de sus obras, en especial en la decoración exterior del tambor de la cúpula de la Iglesia de San Luis o en las cubiertas de la Iglesia del Salvador.
Iglesia del Buen Suceso (Sevilla)
Otros arquitectos como Diego Antonio Ruiz aplicarán esta técnica en la fachada principal de la Iglesia de la Concepción de Umbrete o en la torre de la Iglesia de San Miguel de Morón de la Frontera.
Iglesia de Nuestra Señora de la Granada en Moguer (Huelva) José Álvarez utilizará el ladrillo tallado en las portadas del templo.
Tras el periodo barroco, no tengo documentado ningún otro ejemplo de su aplicación hasta principios del siglo XX. Será el arquitecto regionalista Aníbal González Álvarez-Ossorio quien la recupere y utilice con gran maestría en muchos de sus trabajos.
Pero ¿cuál será la primera de sus obras en la que aplica esta técnica?.
Será en la Plaza de América donde encuentre los primeros ejemplos de su uso, Aníbal González presenta en 1912 el proyecto para su urbanización colocando en su zona central un rectángulo donde se dispone una terraza con estanque con surtidores y fuente que se encuentra sobre elevado y a sus laterales zonas ajardinadas
Será en el perímetro de esta fuente donde sitúe unos bancos construidos con ladrillo visto, con asiento cerámico y reposa espaldas de forja, en los que vemos talladas sobre estos unas formas y volúmenes muy rudimentarios en sus caras delanteras y traseras.
El Pabellón Mudéjar (1911-1914) será el primero en terminarse de este conjunto. En su exterior podemos observar en varias zonas paneles de ladrillo tallado, en su interior y a la entrada contemplamos una puerta flanqueada por columnas con bellos fustes y capiteles de ladrillo tallado, este será el primer edificio en el que se aplique.
En cuanto al Pabellón Real (1911-1916) solo encontramos ladrillo tallado en el exterior de la entrada al edificio, en seis pedestales con águilas aladas realizadas en piedra artificial por José Ordoñez en 1916.
En el resto del pabellón solo en las columnas salomónicas aparecen con formas geométricas en bajo releve que corresponde más a la técnica del ladrillo aplantillado que al tallado.
Otros elementos como las cenefas situadas a 2m de altura que recorren el perímetro del edificio son relieves en barro cocido, si bien el arquitecto colocará una cenefa similar en la Capilla de los Luises situada en la calle Trajano donde si utiliza la talla del ladrillo.
Cenefa del Pabellón Real, mediante la técnica del apretón (barro cocido).
Cenefa de la Capilla de los Luises, mediante la técnica del ladrillo tallado.
Las bolas con diferentes formas en la que se ha utilizado la técnica del apretón y su posterior cocción también las utilizará en la Casa de las Conchas situada en la calle Mateos Gago pero tallando las piezas.
Bolas del Pabellón Real, mediante la técnica del apretón (barro cocido).
Bolas de la Casa de las Conchas, mediante la técnica del ladrillo tallado.
Alberto Villar Movellán en su libro ¨Arquitectura del Regionalismo en Sevilla (1900-1935) indica que este pabellón ¨constituyó una ocasión de lucimiento para los mejores tallistas de ladrillo – José Roldán y Francisco Reyes¨, si bien nos indica dos de los mejores artistas que aplicaron esta técnica en aquellos años, en esta obra solo pudieron hacerlo en los seis pedestales de entrada y en algunos elementos de remates de pilastras de las fachadas.
Tras las obras de rehabilitación que se han llevado a cabo en el Pabellón Real y que le han devuelto todo su esplendor, desde el Ayuntamiento de Sevilla se plantea un cambio de uso y pasará de ser un centro administrativo a un espacio museístico. Reclamar desde aquí este emplazamiento para la creación del ¨Museo de Aníbal González¨ que desde 2011 que se prometió por parte de este ayuntamiento su inauguración, estamos esperando que se cumpla esa promesa.